En sólo tres semanas hemos pasado de "111 personas para garantizar la seguridad en el primer toc de fabiol" y que "este año será personal de seguridad privada el encargado de los filtros de acceso a los actos más destacados de la fiesta" a "el concurso para contratar la seguridad privada de las fiestas de Sant Joan queda desierto".
Algo falla cuando, desde el Ayuntamiento de Ciutadella distribuyen un comunicado para anunciar, ayer, 23 de mayo, a tres semanas del primer toc del Diumenge des Be, que "el equipo de gobierno ya trabaja para poder contar con los efectivos de seguridad privada que marca el Plan Director de Seguridad de las fiestas de Sant Joan". Más tranquilos habríamos quedado si esta nota de prensa se hubiera difundido el 23 de enero porque habría dado tiempo a convocar un segundo concurso. Ahora el tiempo apremia y como la licitación se publicó a principios de este mes con un precio de 85.000 euros para dos años, ya no da tiempo a otra convocatoria.
El gobierno municipal se ve obligado, a contrarreloj, a una adjudicación directa lo que implicará entrar en el tan peligroso como dudoso terreno del fraccionamiento de contratos, práctica que ya se aplicó el año pasado, a pesar de las advertencias por escrito de la secretaria y la interventora.
El tripartito formado por PSM, PSOE y Gent per Ciutadella apela al interés general, porque los plazos corren y los funcionarios vigilan las prácticas administrativas procelosas. Cabe esperar que este año las advertencias de quienes invocan la defensa de la legalidad no caigan en saco roto. En las redes sociales ya circulan mensajes que, bajo el título Ofertas de trabajo buscan "vigilantes de seguridad para las fiestas de Sant Joan las horas se pagan a 20 euros limpios, en horario comprendido entre las 13 y 24 horas".
La cita del año más importante de Ciutadella debe ser organizada con menos precipitaciones e improvisaciones.