Hoy, queridos lectores, empezaremos con una cita, y lo haremos por tres motivos: el primero porque facilita mucho el trabajo del articulista y eso siempre se agradece; segundo, porque da un toque guapo que emulsiona el artículo; y tercero, porque no he encontrado mejor inicio para abrir una reflexión que considero importante.
Ahí va: «Graben todo. En algún momento algún bastardo se levantará y dirá que esto no ha sucedido nunca». La frase la soltó Dwight D. Eisenhower, trigésimo cuarto presidente de los EEUU, tras la liberación de Auschwitz. Pues bien, viendo el auge que la extrema derecha está teniendo en todo el mundo occidental, podemos concluir que: Ike Eisenhower, en este caso, la clavó, y que de nada sirvió grabarlo todo. El penúltimo personaje de extrema derecha en saltar a la palestra internacional es el futuro presidente de Brasil, el racista, homófono, clasista, antiecologista, bye bye Amazonas, misógino y acérrimo defensor de la dictadura militar que sufrió Brasil, desde el 1964 hasta 1985, el exmilitar Jair Bolsonaro.
Ya tenemos a Trump, a Bolsonaro, a Salvini, y no nos olvidamos de que los nuevos nazis han entrado en el Parlamento alemán, o cobran fuerza en los países nórdicos, sin dejarnos a los ultranacionalistas rusos que también tiene los suyo, o los del Frente Nacional francés que no dejan de crecer, y un terrible y largo etcétera de partidos de extrema derecha por toda Europa, vaya mapa más siniestro que nos está quedando. Todavía quedará algún flipado que dirá aquello de a mí que me importan esas mierdas si no vivo en Brasil, ni en EEUU. Mira tú, igualito que lo que dijo un cracoviano cuando el ascenso del nazismo: a mí qué me importa el ascenso de Hitler si yo vivo en Polonia. La Historia fue más que cruel cuando el siniestro genocida de ridículo bigote exterminó a seis millones de polacos.
¿Motivos? La desigualdad ha crecido a nivel mundial en menos tiempo del que tarda nuestra Menorca en llenarse de buscadores de esclata-sangs cuando caen las primeras lluvias de otoño. Cierto es también que la democracias han fallado más que el sistema de suministro eléctrico en nuestra Isla, después del paso de un cap de fibló. Por cierto (viene un largo inciso) la luz cuesta una pasta gansa, y ha subido más de un 21 por ciento solo en dos años, por lo tanto deberíamos exigir planes de emergencia y respuestas de lujo ante este tipo de percances, pero igual la pasta se la quedan los accionistas y consejeros y a los usuarios que nos den. No se puede tener a la mitad de la isla tanto tiempo sin luz, dicho queda.
Recentrando que nos vamos. Lo traigo todo a nuestra Isla porque es lo que mejor conocemos, aquello de piensa local actúa global, y porque al fin y al cabo este es el diario MENORCA, no la BBC Internacional. Y me he extendió con lo de la luz, porque clama al cielo el tema. Aclarado esto, y volviendo a los personajes siniestros, pienso que la humanidad se ha abrazado muy poco. Y de aquellos abrazos que no se dieron, nacen los energúmenos que acabarán con nosotros y con el planeta.
No sé si seremos culpables por no tomar la palabra, por no actuar, por pasar de todo, o sencillamente porque dejamos de abrazar bien fuerte a quien lo necesitaba, y de ahí salieron los bastardos de los que habló Eisenhower. Sería poético encontrar en un buen abrazo la solución, ya saben que la poesía es aquel arma cargada de futuro que decía Gabriel Celaya. Qué bien, cerrando con otra cita. Disfruten de este festivo, un abrazo y feliz jueves.