Hombres en la sala de espera de una pediatra. Había dos y tres mujeres con sus respectivos niños a eso de las seis de la tarde. Cada vez se ven a más padres conciliando con sus hijos. Cuando empezaba la crisis allá por el 2007, era notición ver alguno con el carrito de la compra en una mano y los niños en la otra. Llamaba mucho la atención. Hoy en día ya no sorprende, todo lo contrario, es un gustazo. Y además poder hablar de la maternidad o paternidad mientras esperas en el descansillo hasta que tu hijo salga del colegio. No hay tabús ni complejos. Puedes estar en una fiesta con los amigos y si el niño se ha hecho caca, lo mismo va el padre como la madre a cambiarlo. Indistintamente. Son pequeños cambios que ayudan a que el día de mañana los hombres sigan compartiendo más tareas de casa, como la crianza de los hijos. Y que las mujeres tengan la tranquilidad que pueden seguir trabajando de lo que les gusta. Ya no es solo mi círculo de amigos sino los padres que me rodean, los veo a todos en la misma línea de cooperación. Hasta se sincronizan o se mimetizan unos con otros, y en una quedada de amigos suelen ser los hombres los que van a cambiar o atender al niño mientras la mujer disfruta del aperitivo. Siempre quedará la última palabra del bebé, si grita desesperadamente ¡mamá! Por ejemplo, en la isla hay un supermercado alemán que en las puertas de los baños de las mujeres y de los hombres hay iconos que informan que hay cambiadores para el bebé. ¡Fabuloso! Tarea compartida además de hacer la compra de la semana.
Con estos pequeños gestos, y una buena educación tanto en casa como en el colegio es la mejor medida para el día de mañana no jugar con las palabras ‘feminismo', ni ‘machismo' tan de moda ahora. Y minimizar la violencia de género. Los hombres implicados en el hogar notan cuando las madres son absorbidas intensamente por sus hijos, y asumen ellos el pulso de la casa, atendiendo a los pequeñuelos. Puede ser que ella esté las 24 horas con ellos, además de atender la casa, y trabajar desde casa para alguna empresa, y él sea el que aporte la economía más estable por su trabajo, pero si se tiene que arremangar para lavar a los niños lo hace porque el estado de salud de las madres por agotamiento es importante. Antes de que lleguen a desarrollar el síndrome Burnout, es una respuesta del organismo cuando ha estado sometido a un periodo de estrés intenso y prolongado, tanto desde el punto de vista físico como emocional. Provoca una serie de síntomas que se pueden confundir fácilmente con otras enfermedades. A la larga, si este problema no se trata, terminará sufriendo anhedonia; es decir, perderá la capacidad para disfrutar.
@sernariadna