«Detrás de toda gran fortuna siempre hay un delito»
Honoré de Balzac.
Jueves. Lees que el Aeropuerto de Menorca contará próximamente con Tramuntana, una sala de espera vip. Y, sin saber por qué, te acuerdas de tu abuela Margarita. Una viuda decente, con viudedad indecente. Autodidacta, bondadosa, asistía diariamente a misa y, de tarde en tarde, entregaba al párroco una pequeña cantidad (para ella no era tal) para sufragar parcialmente el consumo de gas butano de las estufas de la parroquia. Cuando falleció, el funeral fue sencillo, breve, rutinario. Tu abuela, entre otras cosas, era pobre... Nada que ver con ese otro evento: el adiós a un conocido mecenas menorquín: misa concelebrada, iglesia repleta y orquesta de cámara. El difunto, multimillonario, se había singularizado por sus donaciones, públicas y publicadas, que exigían siempre su correspondiente contraprestación en forma de honores varios: una placa en una institución cultural, su nombre en una escuela rural o... Fueron entierros antitéticos, incluso en las lágrimas de quienes añoraban las ausencias; las primeras eran sentidas; las segundas, dudosas...
Margarita, a la postre, no fue nunca una vip. El difunto de violines y solemnes coros, sí. La propia expresión «very important people» resulta, para cualquier bien nacido, del todo repulsiva. ¿A quién se engloba bajo esa denominación? La historia te enseñó que a cuatro grupos determinados: ricos, famosos y famosillos, políticos y autoridades y gentes bien situadas y con poder. Ricos, famosos, y gentes bien situadas que, por lo general, no habían accedido a su condición de forma honesta, salvo rarísimas excepciones... Gente con poder –iteras- que, llegado el caso, y de forma sectaria (de secta) se auto ayudaban para mantener su estatus», cayese quien cayese... Hoy por ti, mañana por mí... Ya se sabe...
Ahora Ellas/Ellos (naturalmente en mayúsculas mayestáticas) esperarán su vuelo plácidamente en la sala Tramuntana del Aeropuerto de Menorca, exclusivamente ideada para Ellas/Ellos, sí, gente, of course, igualmente exclusiva... Y reforzarán su concepción auto adquirida de que están por encima de los mortales a quienes, ¡natural!, miraron, miran y mirarán por encima de su hombros...
¿Quién es para ti la gente Vip?
No la descrita. Más bien su antítesis. Puede que aquellos padres que han trabajado duro para poder pagar los estudios de un hijo o de una hija... O aquel que no se ha dejado corromper. O aquellos que son solidarios. O los amigos, amigos. O los que ejercen su profesión por convicción y no por conveniencia. O aquellos que no desean ascender como no sea por méritos propios. O aquellos que sufren con estoicismo su pobreza, una enfermedad o una minusvalía. O aquellas mujeres que siguen con su embarazo aunque el mundo entero vaya en su contra. O aquellos que permanecen fieles a sus principios. O aquellos que aguantan lo indecible, negándose a devolver los golpes recibidos. O los que se preocupan por quienes les rodean. O...
- Y sueñas...
- En esa sala vip.
- ¿Cómo?
- En una sala vip en la que un paciente con leucemia pueda aguardar la salida de su vuelo plácidamente sentado en una sofá; en la que un anciano repose tranquilo; en la que un enfermo se transponga antes de ir a Son Espases en busca de un diagnóstico tal vez letal; en la que se acomode esa joven embarazada; en la que ese minusválido se mueva con facilidad; en la que el más pequeño sea, a la postre, el mayor...
- ¡Despierta!
Y lo haces. Si algún día visitaras esa sala –no lo harías nunca- probablemente no te encontrarías con estos últimos, sino con ejemplares varios del poder, sustentado por el dinero. Ese que, al fin y al cabo, ha movido, mueve y moverá el mundo...
- Y de ser así...
- El Aeropuerto, modélico hasta la fecha, será ya otro... Un aeropuerto inconstitucional en el que no todos serán iguales, un aeropuerto lameculos e inhumano... Y una mancha vergonzosa en la belleza cada día más cercenada de algo que se dio en llamar, un día, Menorca...