Va el Supremo y establece ahora que la Manada sí cometió violación. La cosa viene de lejos, de los sanfermines de 2016. La violación continuada fue entonces sentenciada como abuso sexual, como ya tenía considerado la justicia de Navarra. El 26 de abril de 2018, la Audiencia Provincial les condena a nueve años de cárcel. España vio como sus calles se llenaban de gente, especialmente mujeres que pedían «violación y no abuso». La opinión de la calle empeoró ya que el 26 de junio de aquel año se decretaba libertad provisional para los cinco miembros de la Manada. Hoy se dice que gracias a las masivas protestas una nueva sentencia definitiva aumenta la condena a quince. Me pregunto cómo donde la Justicia viera antes abuso sexual haya visto ahora violación. Me pregunto también por qué donde se había sentenciado nueve años, ahora un tribunal distinto añade seis. Ya sabemos que la explicación podría estar en que la causa es literalmente distinta. ¿El sustancial aumento estaría motivado por la presión popular?
Si eso hubiera sido así da vértigo solo pensar que si las mujeres no hubieran mostrado valiente y masivamente su contrariedad en la calle, la Justicia lo habría sustanciado dejándolo en nueve años. ¿Por qué unos jueces respecto a otros en la misma causa ven las cosas tan diferentes atendiendo a la modificación que la calle solicitaba? Ya digo, da vértigo pensar que la presión popular pudiera llevar a modificar el criterio de una sentencia, aparte que el veredicto no era definitivo. No obstante, eso sería tanto como aceptar que la Justicia pudiera llegar a ser manipulable, aunque por supuesto estoy completamente de acuerdo en que un veredicto puede ser diferente si ha cambiado sustancialmente, como es el caso, el delito cometido.