Con el enésimo debate sobre el crónico retraso en la concesión de licencias de obras -que no son doce meses de demora, sólo ocho, replican desde los ayuntamientos de Maó y Ciutadella- pasan desapercibidos dos hechos graves.
El primero afecta a los dineros del Govern del Pacte. La consellera de Hacienda, Rosario Sánchez, publicó, sin aviso previo, una resolución el último sábado de septiembre en la que ordena al resto de conselleries el bloqueo de nuevo gasto hasta final de año. Desde octubre a diciembre cualquier nueva autorización debe llevar el visto bueno de la consellera para ser aprobado.
Un cerrojazo para contener el gasto del Ejecutivo autonómico que se avanza un mes. Los funcionarios de las Unidades de Gestión Económica (UGE) de las conselleries apuntan que miles de facturas se verán afectadas con el riesgo de que no se tramiten hasta enero del 2020.
Se exceptúan los servicios básicos de salud, sociales y educación, siempre y cuando lo autorice personalmente quien ha transitado, gracias a la relación de confianza con Armengol, de la Delegación del Gobierno en Balears a la Conselleria de Hacienda del Govern.
Naturalmente, seguimos con delegado en funciones en Balears del Gobierno Sánchez en funciones. A Ramón Morey le encantaría seguir después del 10-N, pero todo son nervios e incertidumbres, y las encuestas de intención de voto han enloquecido.
La crisis permanente
El segundo hecho inquietante lo protagoniza el expresidente del Consell de Mallorca y hoy portavoz parlamentario de Més per Mallorca, Miquel Ensenyat, al advertir a una atribulada Francina Armengol que "el PSIB-PSOE no tiene mayoría absoluta, gobierna en coalición y no puede dar nada por hecho".
Aviso a navegantes en voz alta tras haber rechazado -tanto el Més mallorquin como el Més menorquín- la devolución a los hoteleros del dinero recaudado con la ecotasa y tildarlo de estafa .
El conseller Iago Negueruela ha tenido que rectificar para anunciar que el Govern dará a los hoteleros ayudas directas en lugar de devolverles la ecotasa, decisión que retorcía demasiado la ley.
Constituye un nuevo capítulo en los desmarques de los ecosoberanistas mallorquines, aunque Més per Menorca intenta practicar la equidistancia durante esta legislatura: firmó un pacto con los socialistas pero sin entrar en el Govern, del que salieron escaldados en la anterior legislatura por aquello del caso Contratos y el cese de Ruth Mateu, que pagó los platos rotos. La pretensión de Josep Castells y Patrícia Font consiste en continuar en la bancada del Parlament con los diputados que apoyan al Govern y al mismo tiempo ejercer la oposición. El círculo cuadrado.
Miquel Payeras vaticina que "con el inicio de diciembre sabremos a qué atenernos, pero lo seguro es que seguir más allá de entonces igual que hasta ahora será imposible". El PSIB-PSOE no está dispuesto a mantener la crisis permanente y el caos actual que provoca Més per Mallorca.
A Bonet se le entiende
Resonaron con claridad las afirmaciones del presidente de la Cámara de España, José Luis Bonet, durante el cálido y concurrido homenaje a Magda Pons-Quintana. Merecida medalla de oro por los doce años al frente de la Cámara menorquina la empresaria de Alaior, genio y figura como su padre, ha sido la primera y única mujer que ha desempeñado esta responsabilidad.
Bonet llama a "superar la fractura" que "el independentismo ha provocado" en la sociedad catalana y entre los españoles tras los acontecimientos de esta semana en Cataluña. Advierte quien también es presidente de Freixenet y del Foro de Marcas Renombradas Españolas que "el proceso soberanista está causando un daño evidente a la economía y las empresas catalanas".
A José Luis Bonet se le entendió todo al aseverar que "no hay nada mejor que las empresas para favorecer la mejora de la vida de las personas y defender los intereses generales" y al reclamar seguridad jurídica, estabilidad política, moderación y un gobierno centrado. Touché. Los semblantes de estupor de algunos políticos en el acto que se celebró el viernes el Club Marítimo de Mahón eran todo un poema.
Relegido en diciembre de 2018, por lo que liderará la entidad cameral hasta el 2022, Bonet ya alzó la voz en agosto contra un Gobierno PSOE y Podemos: "desde luego, el empresariado español tenía la preocupación de que pudiera haber un Gobierno escorado a la izquierda, que se radicalizase y desequilibrase el trabajo de las empresas".
Como profesor de la Universidad de Barcelona durante casi cinco décadas, le preocupa a Bonet la distancia que separa el ámbito universitario del empresarial y lamenta que los estudiantes se licencien sin haber aprendido a ser "unos auténticos demócratas".
"Fallan en valores y en conocimiento de las bases fundamentales del orden establecido en el país que viven", asegura. El auditorio, formado por lo más granado del empresariado menorquín, asintió y aplaudió con ganas.
El centro misterioso
Escribe Marta García Aller: "Al margen de lo que suceda el 10-N, el protagonismo de la búsqueda de la moderación podría no acabar tras las elecciones. A lo largo de la próxima legislatura, y siempre que no salga la suma a un bloque de izquierdas o derechas que logre formar gobierno, para poder aprobar leyes será fundamental para los políticos negociar consensos en ese misterioso no lugar llamado centro al que solo se llega por descarte. Si es que lo encuentran"
PREGUNTAS DE LA SEMANA
¿Por qué cuatro parques solares autorizados en Menorca siguen parados tras el reparto de las ayudas públicas?
¿Cómo acabará la saga-fuga del candidato de Ciudadanos al Senado por Menorca?
¿Conseguirán los ayuntamientos de Maó y Ciutadella agilizar la concesión de licencias y reducir los actuales plazos?
¿A cuánto ascienden las cantidades que cobran los funcionarios de Menorca gracias al complemento de la carrera profesional aprobado por el anterior Govern del Pacte?
¿Qué nuevas sorpresas nos deparará el caso Citur, antes y después de que algún día se celebre el juicio oral?