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Con derecho a réplica

Los ladrones de orgasmos

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En 1184 el Papa Lucio III otorgó la bula necesaria para la creación de la Inquisición episcopal, que dio lugar a la posterior Inquisición Medieval. La Iglesia católica daba un paso más para acabar con los que ellos consideraban herejes. No le molaba nada a los obispos que hubiera más personas entre ellos y su dios. Así persiguieron a los que consideraban curanderos, brujos, hechiceros, y a todo aquel que les parecía un peligro porque mermaban el poder del clero. Si una persona con un problema se acercaba al curandero, o brujo, para solucionar lo suyo, los curas se quedaban sin clientela, y eso no podía ser de ninguna de las maneras. Fuego y tortura para acabar con todos lo que osen salirse del camino marcado. Así eran ellos, empáticos, objetivos, piadosos, generosos y sobre todo muy humanos.

Desde aquel bulo de Lucio III han pasado 836 años y, entre otras cosas, a la ciencia le ha dado tiempo a inventar el Satisfyer Pro 2.0. Madre mía, el disgusto que tendría ahora el tal Lucio III si viera como ha avanzado la ciencia y descubriera que la Tierra no es plana, ¡maldita sea!, es que ni tan siquiera es el centro del Universo. Que a Lucio III, Luci 3 para los milenials, todo esto le provocará un infarto y la muerte súbita, es en cierta manera comprensible, tampoco le pidamos feminismo a la curia del siglo XII, sin embargo, que ocho siglos después todavía existan personajes que están más cerca de la estructura mental de Lucio III que la de una sociedad que ha viajado a la Luna y ha descubierto los quarks, es muy preocupante.

No sé, queridos lectores, si han jugado alguna vez al Super Mario Bros, o al Candy Crush, pero en cualquiera de los dos juegos cuando pasas una pantalla, cuando subes un nivel, ya no tienes que volver atrás. Si hay una prueba superada no tienes que hacerla de nuevo una y otra vez, sencillamente sigues avanzando a ver que te encuentras más adelante. Pues este principio tan básico no les gusta nada a los cromañones contemporáneos, si fuera por ellos tendríamos que vivir siempre en la pantalla de inicio que es la que a ellos más les pone. Y además juegan con trampa, porque si se avanza un poquito, a pesar de sus obstáculos, y se consigue que sé yo, pongamos que el divorcio, ellos son los primeros en dar la pantalla por buena y apuntarse al carro de sus beneficios. Tienen la cara más dura que el grafeno, que por cierto también se descubrió gracias a los científicos y no a una revelación divina.

Igual que los fertilizantes químicos han ido filtrándose en la tierra llenando los pozos de nitratos que son más chungos para la salud que meterte un menú de Burguer King con extra de patatas corchopan,- no olvidemos que nuestra paradisiaca Menorca tiene un problema muy gordo con este tema, de hecho los nitratos perduran décadas y el agua ‘güena' para beber escasea más que los sueldos dignos-, las ideas retrogradas de esta gente pueden calar y empaparlo todo, y se tarda generaciones, ¿siglos?, en ser superadas nuevamente.

Tal vez deberíamos hacernos fuertes en las últimas trincheras a las que no debemos renunciar nunca: el amor y el humor. El humor entendido como forma de afrontar la vida de la mejor manera posible y el amor como un concepto que engloba desde la amistad hasta la solidaridad pasando, como no, por el goce sexual, cada cual a su manera, pero que nadie nos robe ni un orgasmo con su empeño tozudo en crear climas de tensión antilibido. ¡Ea, ya lo he dicho!. Feliz noveno jueves del año.

conderechoareplicamenorca@gmail.com

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