Eso dicen que dijo Josep Pla en 1954 al viajar a Nueva York y verse deslumbrado por el fuego de luces de la gran metrópoli. Y eso se preguntan ahora los millones de españoles que se ven sin trabajo durante un periodo indeterminado o de forma definitiva por el cierre de empresas que no podrán soportar la carencia de actividad durante un periodo también indeterminado. ¿Va a poder el Estado asumir la factura? ¿A costa de qué y de quién? A costa de los de siempre, de los trabajadores y trabajadoras, esa expresión redundante con la que aburrió la ministra de Trabajo en su aparición televisiva el día que anunciaron el permiso retribuido. Sánchez manda ya a sus peones por miedo a las brasas.. Ese lenguaje ficticio nacido de la ignorancia que siempre me recuerda a Ibarretxe presentando el plan de estado asociado con su latiguillo «vascos y vascas» ni es solución ni anima a la tropa, que lleva 20 días ya de arresto domiciliario.
En todo caso, la hastía un poco más, sobre todo si, entre tanta retórica superflua, no es capaz de concretar las actividades esenciales libres de la hibernación en plena primavera. ¿Aguantará el sistema? Si aguanta, tendrá un coste altísimo y voces autorizadas le han puesto cifras en millones, lo que significa un coste laboral y profesional altísimo también. ¿Quién ha promovido y propagado esta guerra tan democrática, que afecta a pobres y ricos, y tan universal? Creo que nos engañan como a chinos. En el gran país comunista comenzó, ese país nos engañó a diario con las cifras de contagios y muertes ayer decían que en realidad han sido más de 40.000 y Estados Unidos, el de Trump y sus aranceles a China, lleva camino de ser el país más devastado por el bicho. Operación jaque mate la han llamado por el incremento de riqueza que habrá generado para el país amarillo.