Aseguran los expertos que no debemos ver muchas noticias, durante este encierro del virus famoso, y que debemos llevar una vida sana: comer equilibradamente, hacer ejercicio y entretenernos con algún hobby. Hobby es una palabra inglesa que está introducida en nuestra lengua y que el diccionario traduce como «Actividad que, como afición o pasatiempo favorito, se practica habitualmente en los momentos de ocio». Dale Carnegie, en un libro sobre cómo aprender a hablar en público, asegura que los hobbies son un buen tema para cualquier conferenciante, porque las aficiones particulares siempre pueden desatar nuestra vehemencia. Dale Carnegie fue un empresario y escritor estadounidense de libros que tratan sobre relaciones humanas y comunicación. Pone como ejemplo el caso de un coleccionista de librillos de cerillas que se resistía a hablar de su afición, porque la consideraba intrascendente, y que sin embargo nunca se expresó mejor ante una audiencia como cuando se explayó sobre este hobby. He conocido algunos coleccionistas de cosas extrañas, de modo que puedo comprender que uno reúna cajetillas de cerillas. Entre los hobbies más populares que podemos realizar en casa se encuentra leer, ver la tele, pasar el tiempo con el ordenador, la jardinería, hacer ejercicio, escuchar música, dormir, coser, tocar un instrumento, hacer tareas del hogar, artesanía, ver partidos, jugar a las cartas, cocinar, escribir, pintar y bailar. Pero casi aseguraría que en estos días difíciles el hobby más difundido es mandar mensajes y videos por wasap, a juzgar por la avalancha de ellos que todos recibimos. Seguramente cuando pasen los años, si vivimos para contarlo, cuando nos pregunten qué hacíamos durante la cuarentena, muchos diremos que nos entreteníamos con el wasap.
Existen seres afortunados que logran hacer de su hobby una profesión, a veces muy rentable. Es el caso, por ejemplo, de Paul McCartney, que siempre ha afirmado que se lo pasa de maravilla componiendo canciones y cantando, de modo que dice que no ha trabajado en su vida, porque disfrutar con lo que uno hace no es trabajar. Ya digo, son seres privilegiados. Supongo que entre ellos pueden contarse algunos futbolistas famosos, que sin embargo tienen una vida profesional más corta de lo que viene siendo la de Paul. Pero también debe de haber artistas maravillosos que sufren a la hora de crear, como aseguraba sufrir Flaubert, el autor de «Madame Bovary», sin llegar a tener la amenaza de una pandemia de Coronavirus.