El creador del movimiento Realfooding, Carlos Ríos, recomienda en su libro «Come Comida Real» que nos hagamos conscientes del Matrix en el que vivimos. La industria de los alimentos ultraprocesados utiliza el mejor marketing e ingentes medios económicos para convencernos de que comamos sus productos, en detrimento de nuestra salud y en aras de su propio beneficio. Es apasionante estudiar el tema y aprender a defendernos de este bombardeo consumista sin tregua, que muchas veces preferimos no ver para vivir tranquilos. Fidelizar creando adicción, captar nuestra atención de la forma que sea y ligar el producto que nos quieren endosar a emociones positivas e inconscientes, es la estrategia infalible de los nuevos vendedores.
Muchas cosas reales, beneficiosas, yacen sepultadas bajo una avalancha de espejismos y engaños lucrativos. Te venden libertad y te imponen hasta lo que puedes comer, pensar o decir. La tendencia totalitaria sigue latente, esperando que nos dejemos llevar sin oponer resistencia.
En política tenemos que fijarnos en todos los componentes del producto que votamos. Algunos pueden ser nocivos a largo plazo, por bien envueltos y atractivos que se presenten. No nos creamos todo lo que dice la propaganda oficial. Necesitamos un gobierno real. No un líder ultraprocesado que crea adicción y lo endulza todo, pero que puede acabar minando nuestra salud democrática con sus leyes de la memoria y el pensamiento único.