A veces, oigo voces. Me gusta leer. Como un arqueólogo imagina lo que fue la vida pretérita analizando un fósil, las letras impresas guardan la memoria y los pensamientos palpitantes de personas que un día se llevó el viento hacia la región ignota del olvido. Por eso celebro la publicación de algunos libros próximos. Uno de ellos, titulado «El día después», de Juan J. Quetglas Deonato, con entrevistas a una variada muestra de menorquines (y 4 foráneos) que nos ofrecen su particular visión de la crisis provocada por la covid-19. Miradas que abarcan todos los ámbitos y ejemplifican aquello tan nuestro de «Entre tots feim el món». De todos aprendemos algo, todas las miradas enriquecen la nuestra. Desgraciadamente, vamos en sentido contrario a la tolerancia y el respeto cuando observamos la situación política actual. «Entre tots desfeim el món».
Otra buena noticia editorial es el libro de Biel Garriga: «I tant que puc! Records del mestre». Quien ha dedicado su vida a la enseñanza, demuestra amor y pasión por avivar la llama del saber, que tanto cuesta mantener encendida. Para transmitir con afecto las herramientas necesarias, los valores y los hábitos sólidos que les ayudarán a conquistar su futuro. A veces, encuentras personas en tu trayectoria existencial que ya para siempre formarán parte de tu vida: gracias a su dedicación, su generosidad sin medida y su ejemplo seductor.
Imprescindibles para el día después.