Presentación del libro de Juan Negreira Parets «Menorca, 1936». Está de actualidad la Guerra Civil, con la Historia en revisión y la Transición en cuestión. Cosas que pasan de manera cíclica. Nietzsche hablaba del eterno retorno. Parafraseando a Darwin, diremos que la polarización de las especies acaba en la lucha por la supervivencia. Imagino un encuentro de dos víctimas situadas por el destino en bandos diferentes: Federico García Lorca y Pedro Muñoz Seca.
-Rojo carmín el cielo/ se han marchitado las flores/ Han dejado el arco iris/ reducido a dos colores.
-Con todo lo que escribí/ y la alegría que os di/ Como diría Don Mendo/ fusilarme así, es tremendo.
La sinrazón de la guerra obedece a causas profundas que anidan en el ser humano. El odio se desborda cuando se rompen los diques y se pretende la destrucción del otro convertido en enemigo. Puede pasar en España, en Rusia o en la China Popular. Cuando Hitler empezó a invadir países y anexionar territorios, el apaciguamiento no sirvió de nada. El bravucón lo interpreta como debilidad y aumenta su conducta agresiva. Es difícil que no se acabe en una espiral de violencia.
El equilibrio entre las fuerzas destructivas y las fuerzas de contención y cohesión social se ha ido rompiendo. Estamos frente a un inmenso desafío. Nada será igual que antes, pero no sabemos cómo quedará todo, después de la transformación y la guerra con repercusión mundial que estamos viviendo.