Agostar es un verbo que significa secar, sobre todo las plantas, y también debilitar o consumir el vigor o cualidades de una persona o cosa. En cambio, agosto, el mes, viene del nombre del primer emperador romano, Augusto. Da la casualidad de que estamos en agosto, así que nos podemos secar si no nos hidratamos y nos podemos debilitar o perder cualidades si no tenemos cuidado. Pero no quiero hablar de política para no ofender a nadie, así que hago leves reflexiones a la sombra de lo que sea, dando sorbos de algún líquido frío para no agostarme del todo. En este mes de Augusto, quien más quien menos se pone en remojo, aliviando el sudor gracias al mar o la piscina.
Días cálidos, alternando con el viento de tramontana que sopla desde el norte apagando todas las velas de cumpleaños. Cuando refresca, uno comprende que la felicidad es un momento y que, por eso, ha vivido tantos momentos felices. El dinero no da la felicidad, por supuesto, eso lo sabe todo el mundo, pero siguen empeñados en conseguirlo. El dinero se puede ganar o perder, igual que una batalla. El dinero puede corromper a cualquiera, sobre todo si uno cree que lo puede todo y que con él va a comprar la felicidad o un seguro de vida. No sé si Elon Musk es feliz pero está forrado. Ha transformado Twitter en X. El resultado es una incógnita pero demuestra que vivimos en un entorno virtual de información, que no es neutra ni inofensiva. Es el oro del siglo XXI.