Ciutadella se merece un buen gobierno municipal. Históricamente, se lo merece y lo necesita. Pese a que han pasado por Dalt la Sala algunos alcaldes buenos, Vinent, Orell, Salvador, Carretero, Lluch y quizás alguno más, la ciudad arrastra la ineficacia de la gestión pública desde hace demasiado tiempo. A veces, las quejas que expresan ciudadanos desde Ponent buscando culpables fuera del municipio deberían dirigirse al Saló Gòtic. El sentimiento de 1558 debería dejarse para el recuerdo histórico y construir una actitud de ambición política con una dinámica positiva para nuevos objetivos. Por suerte, en Ciutadella la vitalidad la aporta la sociedad civil y los empresarios. Parece que solo se mira hacia el Ayuntamiento para Sa Convidada de Sant Joan.
Precisamente, la ya famosa intención de presentar una moción de censura por parte de la oposición de izquierdas es un ejemplo de la ineficacia en la gestión. PSOE, PSM y Ciutadella Endavant tienen todo el derecho a reclamar el gobierno municipal. Les avala el resultado de las elecciones. El PP gobierna solo por la incapacidad de acuerdo entre los partidos de la oposición. Primero, era el PSM el que celebraba que todo estaba a punto para la moción de censura. Después, el PSOE prescindió de los dos concejales que no apoyaban esta iniciativa y allanó el camino. Pero ahora es el PSM el que vuelve a «enfriar» la moción. Mientras, Ciutadella Endavant va perdiendo afiliados y no solo Sebastià Servera. Quizás hacer cuentas de cuántas fiestas de Sant Joan le corresponden a cada alcaldesa sea un factor determinante. Hagan quinielas. Todo parece indicar que serán dos para Juana Mari Pons Torres (PP), una para Maria Jesús Bagur (PSM) y otra para Sandra Moll (PSOE). Sant Joan siempre ha pesado más que no la calidad de la atención sanitaria o el impulso a la vivienda social.
La pregunta básica es: ¿cómo va a mejorar la gestión municipal un gobierno de izquierdas? Todavía no hay respuestas y sí muchas dudas.