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Dietario

Aquellos cien días de gracia

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10-VI-24 lunes

Y la marabunta electoral pasa de largo rozando las costuras del sistema: ni los populares arrasan al presidente felón ni la ola ultra se enseñorea del espacio de la derecha clásica, más bien el gato Sánchez vuelve a caer de pie, sin apenas desperfectos, y Feijóo tendrá que seguir esperando. Uno recuerda la frase del político italiano Andreotti: «El poder desgasta sobre todo al que no lo tiene»… Por si fuera poco, no puede ser más molesto el forúnculo que le ha florecido en salva sea la parte a la derecha extrema. Le llaman «Alvise Se Acabó la Fiesta» y promete jarana en un espacio de por sí revoltoso; Yolanda no despega, más bien todo lo contrario y Puigdemont parece sonado como los viejos boxeadores, aunque nunca hay que fiarse de sus habilidades trapaceras, en eso es un crac…

11-VI-24 martes

Hubo una vez un tiempo en que a los nuevos gobernantes se les concedían cien días de gracia, una especie de tregua de buena voluntad para permitir que el recién llegado al poder se autodestruyera él solito sin necesidad de empujones y rejonazos de la leal oposición. Eran épocas light, aunque ya se insinuaba alguna maledicencia de Alfonso Guerra, quien descollaría con su célebre apelativo de «tahúr del Mississippi» dedicado al entonces atribulado Adolfo Suárez, siempre con la amenaza castrense pegada a su nuca.

12-VI-24 miércoles

En aquellos tiempos, decía, solía haber cierta condescendencia para las primeras semanas de ejercicio del poder, cosa que no ha ocurrido con la presidencia del político español más denostado de la historia, quien desembarcó en el poder a través de una moción de censura que Rajoy se había ganado a pulso y que le salió bien al aspirante, que no sé si para entonces era ya un felón, un perro (sanxe), o una cesta de frutas echadas a perder. Todo se andaría. Bien, lo cierto es que la bola de nieve (ahí es nada, pandemia, erupción volcánica, crisis económica, oposición desaforada), rueda que te rodarás, ha acabado tomando un carácter indigerible para el común de los mortales.

15-VI-24 sábado

Sigo esperando infructuosamente una señal de agradecimiento del mundo independentista catalán    al gobierno de España por algún favorcito de nada, como indultos, amnistías y menudencias de este estilo. Bien al contrario, nos sale con la performance de la mesa del Parlament cuando la ocasión la pintaban calva para ofrecer una tregua al ejecutivo y aprovechar para fer país de verdad, sin murrias esencialistas.

18-VI-24 martes

Dicho de otra manera, para cerrar la temporada con otro talante: Ahora que ha pasado (¿o no?) el largo y cálido    período electoral, ¿no sería un buen momento para que sus señorías nos regalaran una tregua para templar los ánimos y encarar lo que quede de legislatura con cierto espíritu constructivo y un talante mínimamente amable? Sería como reinstaurar el período de gracia    e ir confrontando propuestas civilizadamente. Retirar discretamente a oscares puentes, migueles tellados y demás enmiendas a la totalidad y dedicarse a legislar con seny. ¿Se imaginan la paz?

19-VI-24 miércoles

Vuelvo a Logroño, hermosa y tranquila capital riojana donde debutara en afectos    y efluvios vinícolas con apenas dieciséis años en unas inolvidables fiestas de San Mateo, donde descubriera la juerga por antonomasia, de zurracapote en zurracapote (bebida tradicional del verano logroñés) por los diversos chamizos (casetas levantadas    en las fiestas de pueblo) diseminados por la bella ciudad a orillas del Ebro, hasta caer derrengado en espera de las costillitas asadas con sarmiento de vid del día grande.

Ahora acudimos, invitados, a un singular evento gastronómico en la Venta de Montecalvillo de Daroca de la Rioja, un dos estrellas michelin con una extraordinaria cocina de autor basada en los productos de un frondoso huerto propio que recorremos antes del inolvidable ágape. De allí, directamente a la cama…

... Y a las vacaciones de esta columna. Bon estiu a tothom.

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