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Con derecho a réplica

Hastag borreguitos

| Menorca |

Vamos al grano. Petición básica, que todos los que puedan disfrutar de las fiestas de Maó lo hagan a tope y que todos los que tienen que currar en las fiestas de Maó estén bien remunerados y con condiciones laborales dignas. Los que trabajan para que los demás puedan disfrutar del ocio se merecen todo el respeto. Quien rompa el principio kantiano resumido popularmente como «trata a los demás como te gusta que te traten a ti», que luego no se queje si alguien le escupe en el plato metafórica, o literalmente. A otra cosa.

Todos los que cumplimos años en septiembre sabemos que nuestros padres echaron un buen ratito en navidades. Tal vez animados por el cava, o por una copita de anís, el caso es que nueve meses después de cantar villancicos somos miles los catalogados, por prestigiosos astrólogos que no aprobaron astronomía, como Virgos que cumplimos años en el mes de la vuelta al cole y de la depresión post vacacional. Quizás los padres de los boomers, nuestros padres, necesitaban una situación de festejo para lanzarse a las artes amatorias, solo quizás, pero no creo que hicieran nunca el ridículo con una piña y un carro de la compra. Nos explicamos en el siguiente párrafo.

Hastag borreguitos. Hastag nos vamos a extinguir antes de que baje el precio del aceite de oliva o de que se derogue la ley mordaza. Hastag demasiado lejos hemos llegado como especie teniendo en cuenta lo lerdos que podemos llegar a ser. Pues resulta que unos publicistas, más listos que el hambre, se les ocurre la estúpida genialidad de divulgar que la nueva forma de ligar es ir al Mercadona a las siete de la tarde, poner una piña boca abajo en el carro de la compra y esperar que otra persona con otra piña y otro carro te choque para hacer mach y así tener una cita para cenar o para darse besitines. Y saben qué es lo flipante, que lo ha petado, así que el super en cuestión está más a reventar de los habitual entre las siete y las ocho, las piñas se han agotado y hay hasta quien se ha disfrazado de piña para celebrar al lado de las estanterías de papel del wáter una despedida de soltero. Hastag todo se va a la mierda sí o sí.

Ahora que me llamen populista, me importa lo mismo que a un neoliberal que cierren un hospital público con la planta de oncología incluida, pero si la gente usara la misma energía que emplea para estas gilipolleces en reivindicar derechos sociales y laborales e igualdad de oportunidades fliparíamos en colores la sociedad tan mejorada que tendríamos, sería una auténtica utopía en toda regla hermanos (mola el tono sermón que da cerrar una frase con «hermanos»).

Pues nada, sigamos haciendo aún más rico al señor Roig, el mismo que asfixia a proveedores con contratos leoninos y piensa que lo de conciliar vida laboral y familiar, o cogerse una baja por enfermedad, es de flojos. Por eso él prefiere meterle miles de euros a la fundación de aquel presidente que vio armas de destrucción masiva donde no las había. La piña es un magnífico regulador intestinal y a partir de ahora un excelente detector de bobos al cuadrado. Lúpulo y feliz jueves.

conderechoareplicamenorca@gmail.com

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