No espere el lector que en este breve espacio le explique quién es quién en Vox de Balears. No porque no baste el espacio, que no basta, sino porque un servidor, es incapaz. Le he dedicado horas a documentarme sobre quienes son los diputados de Vox y quienes no lo son. Quién ha expulsado a quién y quién ha sido despedido por quién. Lo más difícil ha sido saber quién manda. Lo que sí le ha quedado claro al autor, y seguro que usted comparte el diagnóstico, es que todos creen tener la razón, todos aseguran que sus adversarios, de su misma bancada, están tremendamente errados y que ellos son la esencia del partido, aunque ya no militen en él, no estén en su grupo parlamentario o ni siquiera atiendan las instrucciones de sus jefes en Madrid.
El común denominador es que todos tienen una capacidad innata de justificar su actitud con el único propósito de seguir en el cargo, el que sea, por nimio que sea. Y así les va. Protagonistas todos de un espectáculo Voxornoso que les lanzará, en paralelo, al abismo. Una existencia que solo se sustenta por la imperiosa necesidad de Prohens de sumar apoyos. Al final, ella será la beneficiada y quien se llevará el gato al agua, por aquello de ‘a río revuelto, ganancia de pescadores’. Marga se va a hinchar. Protagonizan un lío lamentable que solo demuestra que no estaban capacitados para gobernar.