Una vuelta de tuerca más y ahí tenemos al PP, el partido más corrupto de Europa, plantándole al PSOE una querella ante la Audiencia Nacional por financiación ilegal; una querella fundamentada en testimonios anónimos, como ya es habitual, que ha sido rechazada de plano por la Fiscalía Anticorrupción. Rabiosos por no poder gobernar, impotentes por no poder sacar adelante una moción de censura, los de la gaviota están llevando la política al terreno de los tribunales, amparados por algunos jueces, detritus del franquismo, que carecen del más mínimo sentido de la ética, la justicia o la democracia. A estos patriotas constitucionalistas, es un decir, les importa un pimiento de Padrón llevarse por delante el crédito de las instituciones o la del propio país, como bien ha demostrado Feijóo en su última intervención en Bruselas ante sus congéneres europeos.
Da susto imaginar cómo estaríamos con un gobierno PP-Vox, aunque no hace falta imaginarlo, basta con mirar a Madrid o a Andalucía. Un informe recientemente presentado por Red Andaluza de lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social señala que un tercio de la población andaluza vive en la pobreza, que más de la mitad de la ciudadanía no llega a fin de mes, y que, en resumen, Andalucía ocupa el primer puesto de entre todas las comunidades autónomas en cuatro de los cinco principales indicadores de pobreza y exclusión. Eso por no hablar de cómo han dejado el ecosistema de Doñana, la enseñanza pública o el sistema público de salud.