Los médicos han comenzado a ir a los institutos para dar a conocer a los estudiantes un grave problema de salud pública que no es nuevo, existe desde hace décadas, pero ha tomado tal dimensión que cuenta con un plan nacional de actuación: la resistencia a los antibióticos. En dicho plan se enmarca esta importante campaña del Área de Salud de Menorca en los centros educativos, para explicar qué son estos medicamentos, cómo combaten las infecciones y el porqué es fundamental que su uso sea adecuado para no retroceder y que enfermedades ya controladas constituyan una amenaza. Es la solución rápida, el recurso a la pastilla casi milagrosa, a veces sin ni siquiera dejar que el mal evolucione y el cuerpo se defienda, y a la primera de cambio, cuando hay una mejoría, demasiados pacientes abandonan el tratamiento. En ese momento, el diminuto enemigo aprenderá la lección y se hará más fuerte. El resultado, debido a la adaptación de estos microorganismos que se transfieren unos a otros esas resistencias a las armas bactericidas, son las superbacterias, que están generando infecciones cada vez más difíciles de controlar. Un problema de salud humana, animal y ambiental, ya que las personas no solo abusan en el consumo propio de antibióticos sino también en su uso en la ganadería. Se trata pues de una emergencia sanitaria global: la resistencia a los antimicrobianos ya mata, pero los investigadores advierten de que el riesgo crece, las muertes podrían aumentar un 68 por ciento entre 2021 y 2050, lo califican de pandemia silenciosa. Por eso es de vital importancia actuar con talleres como los realizados por el área sanitaria, informar de la necesidad de prescripción médica y de completar los tratamientos, romper con las malas costumbres aprendidas. La amenaza es real aunque no se vea, los patógenos son legión y todo el mundo corre el riesgo de contraer una infección para la cual los médicos, aunque lo intenten, pueden no tener alternativa.
Vía libre
En guerra con lo invisible
Fela Saborit | Menorca |