El PP, de cuyo congreso o cónclave en julio ya llevamos una semana hablando como si fuese el mayor acontecimiento del mundo, es un equipo muy sólido, con gregarios que se apuntan a todas las escapadas y hasta ganan etapas de media montaña, así como un potente gabinete de prensa que no solo les jalea a diario sino que lleva años imprecando contra sus rivales y proclamándole ganador de la general, pero al que le faltan llegadores cualificados. Y sin llegadores no se llega a ninguna parte.
Esto lo aprendí cuando era periodista deportivo, y cubría el Tour, Vuelta y a veces hasta el Giro. El ciclismo tiene un lenguaje muy rico y preciso, mucho más que la política, y a los ágiles escaladores, los llaneadores que tiran del pelotón y los velocistas y lanzadores, hay que añadir buenos llegadores. Es decir, que llegan. Su oficio es llegar, y a ser posible el primero. Si no, no pasa nada, queda mucha carrera. El llegador, un Valverde por ejemplo, un Freire, o el fenómeno Pogacar, que llega siempre, es el tipo que desmiente esa tontería de que lo importante es el camino. Participar, avanzar. No, eso solo sirve si no vas a ningún sitio. Si sabes dónde vas, sea ciclismo, literatura o política, lo único importante es llegar. Por el bien del equipo, naturalmente, que si no se desmigaja.
El PP, que lleva años repitiendo que Sánchez está acabado, acorralado y yerto, ha montado su congreso, o cónclave, del que no parará de hablar hasta julio, no para reorganizar su equipo y hacer ajustes ideológicos, sino para decir adiós a Sánchez, expulsarlo, que dimita ya. Es decir, acaba de iniciar el sprint de una nueva precampaña electoral, aunque no haya elecciones, y exigiendo tacos de salida en esa maratón para intimidar a los rivales. Sí, lo hace cada dos por tres desde el inicio de la legislatura, pero nunca llegan por falta de llegadores. Y porque el aborrecido Sánchez sí que es un llegador. Le vaya bien o le vaya mal, gane a pierda, él llega. Y Feijóo no; lo suyo son las escapadas y las etapas de transición cuando el pelotón sestea, no la general. Seguro que Rajoy, que sabía de ciclismo, entiende de qué estamos hablando. Que lo explique en el congreso. Sin llegadores no se llega.