Sin ánimo de ofender sino de darles un toque de atención, me dirijo a ustedes señores políticos, para que reflexionen y revisen su compostura, cuando participan en sus debates, sabiendo que son vistos por la TV, por los ciudadanos que los han votado.
Les pediría que dejen de faltarse al respeto, que dejen de insultarse, de tratarse con desprecio y debatan ¡con educación por favor! Dejen de sacar los trapos sucios entre sus interlocutores, y que cada uno limpie los suyos en su casa.
Es triste y deprimente, presenciar los debates parlamentarios. ¡Decepcionante! Dejen de dar la nota perdiendo su compostura, convirtiendo los debates en un desagradable espectáculo.
Es evidente y -yo diría que normal-, que la visión, postura y filosofía, de distintas ideologías sea diferente. Pero a la hora de entablar un debate, (deberían de aceptar estas diferencias con respeto) y no tratarse como enemigos. Mejor hacerlo como contrincantes que no es lo mismo y, procurando tratarse con un mínimo de empatía.
En el orden del día tienen muchos temas que nos preocupan a los ciudadanos. Problemas a resolver. Temas a los que se deberían dar solución o, intentar por lo menos mejorarlos. Temas como el de la vivienda, la inmigración, la educación, la salud, el empleo, la seguridad ciudadana, medioambiente, más otras que podríamos seguir añadiendo...
Señores políticos, debatan sobre estos temas que nos preocupan. Intenten buscar soluciones a los problemas de los ciudadanos. Debatan sí, pero ¡Con educación por favor! Con templanza. Dejen la soberbia a parte y sean honestos con ustedes mismos y con la ciudadanía.
Y finalmente una última recomendación: Supongo que los debates quedan grabados. Hagan un acto de humildad y procuren verlos, y pregúntense: ¿Soy merecedor de la remuneración que tengo asignada? Porque cuando presencio sus enfrentamientos en TV pienso: ¡Qué triste es que den este espectáculo y que encima cobren! ¡Necesitaba decirlo!