Adscritos a la Unidad de Prevención y Reacción de la Jefatura Superior de Madrid, 25 agentes de la Policía Nacional llevan a cabo, desde el 26 de mayo, funciones de control, seguridad e identificación en Menorca.
Han llegado a esta lejana tierra insular, de la que han oído hablar, conocen su paisaje, pero desconocen el paisanaje y la idiosincrasia local. De ahí que, con buen criterio, los responsables del Cuerpo Nacional de Policía en Menorca, que están al mando de las comisarías de Maó y Ciutadella, hayan explicado a estos policías las particularidades que singularizan la realidad menorquina.
Todos ellos actúan desde su leal vocación de servidores públicos; y como subraya Plácido Martínez Royuela, que desde agosto de 2022 es el inspector jefe del Cuerpo Nacional de la Policía en Ciutadella, «ejercemos el esencial mandato del mantenimiento de la seguridad pública y la protección de los derechos y libertades de los ciudadanos». Preceptos constitucionales. La sociedad española percibe a la Policía Nacional como una de las instituciones mejor valoradas.
Su participación en el operativo de seguridad para las fiestas de Sant Joan -vendrán más agentes-, junto con la Policía Local y la Guardia Civil, garantiza una celebración más tranquila. Con su despliegue, desempeñan una función disuasoria para prevenir y evitar altercados, peleas, hurtos y trapicheo de drogas. Es la estrategia de ‘anticiparse a los acontecimientos’. Pero, como advierte en «Canción triste de Hill Street» el teniente Howard Hunter, «tengan cuidado afuera».
El inspector Plácido Martínez, que inició su trayectoria en la Policía Nacional en 1985 y atesora larga experiencia como jefe del grupo de blanqueo de capitales y anticorrupción en la Policía Judicial de Barcelona, impulsa un modelo de seguridad que aporta respuestas valientes. Para ello cita a Martin Luther King cuando explica: «Un día el miedo llamó a la puerta. El coraje fue a abrir y no encontró a nadie».