El lector teme adentrarse en aguas confusas, bañadas de dudas, de las que no es fácil salir airoso, pero opina que temas como la fe o el agnosticismo son posturas muy personales que deberían respetarse.
El filósofo Philip Kitcher se sinceró ante Ana Vidal [E.P. 08/06/2025] y cuando la periodista le expuso que ‘mucha gente se ampara en la religión por miedo a la muerte o con la esperanza de que lo que ha sufrido tenga su compensación…’, el pensador alegó que ‘entendía el miedo al dolor que la muerte puede causar, aunque recordó la existencia de cuidados lenitivos...’ Quizá, fruto de mi imaginación, pensé que Vidal pudo acaso referirse a los sufrimientos de ‘toda’ una vida... ‘No concibo que se aliente la idea de una vida después de la muerte’, apuró P.K. «Lo que me gusta de la vida son las relaciones interpersonales, y eso no creo que pueda ser trasladado a otra dimensión. No soy partidario, amplió, de fomentar falsas esperanzas y lo que hay que hacer, señaló, es ayudar a que la gente viva lo mejor posible aquí y ahora…».
Declaro mi arrimo a la reflexión de Delibes: «La condición efímera del hombre, unida a su condición de ser pensante y sensible, alimentan mi esperanza de que todo no puede acabar aquí…».