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Menorca merece volar

Menorca no puede quedarse en tierra: la OSP es vital

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Más allá de colores políticos o ideologías, hay algo que nos une a todos los menorquines: la necesidad de poder desplazarnos con facilidad y certidumbre, sobre todo cuando se trata de viajar a Madrid en los meses de invierno, sin perjuicio y con interés de que finalmente se logre también el servicio con Barcelona. La Obligación de Servicio Público (OSP), que garantiza vuelos directos en esta temporada, no es un lujo ni una concesión: es un derecho básico para mantenernos conectados con el resto del país.

Una veraneante con casa en Menorca, organizaba su venida a la Isla a partir de noviembre y estaba alucinada al ver que ya no quedaban vuelos directos. Le expliqué que la razón era la OSP, la cual aún no estaba negociada por parte del gobierno central y que cada año teníamos la misma desazón. Entiendo, pues, que muchas personas oyen hablar de la OSP pero no tienen la información.

2 La Obligación de Servicio Público (OSP) es una figura regulada por la Unión Europea que permite a los Estados imponer ciertas condiciones a las compañías aéreas en rutas consideradas esenciales para garantizar la cohesión territorial. En el caso de Menorca, significa que aunque las rutas hacia Madrid no resulten lo suficientemente rentables para las aerolíneas en temporada baja, el Estado asegura que sigan operando con frecuencias mínimas, precios asequibles y plazas garantizadas. Dicho de otro modo: la OSP no busca dar ventaja a una compañía, sino proteger el derecho de los ciudadanos insulares a estar conectados con el resto del país en igualdad de condiciones.

Sin embargo, a estas alturas del verano, seguimos sin saber qué pasará a partir del 1 de noviembre. El contrato que regula la OSP aún no se ha adjudicado, y eso impide comprar billetes con antelación. No hablamos de un detalle menor: estudiantes, trabajadores, empresarios y familias enteras dependen de esta conexión para planificar su vida. Y cada día que pasa sin una solución es un día que aumenta la incertidumbre.

Esta situación se repite año tras año. El proceso se inicia tarde, se resuelve al límite y deja a todos en vilo. Lo peor es que podría evitarse con una gestión más ágil y con licitaciones de mayor duración, que permitan a aerolíneas y usuarios organizarse. Contratos de dos o tres años darían estabilidad, permitirían mantener o ampliar plazas y evitarían volver a pasar por este mismo problema cada temporada.

Además, el actual diseño de la OSP para este invierno parece que recorta plazas y reduce las frecuencias diarias. Con solo dos vuelos al día y aviones de 100 plazas, la capacidad se queda corta para la demanda real de la Isla. No se trata de pedir privilegios, se trata de garantizar un servicio público que esté a la altura de nuestras necesidades y de nuestra condición insular.

Menorca no puede depender de decisiones improvisadas ni de calendarios que ignoran nuestra realidad. El transporte aéreo es nuestra única vía rápida de conexión en invierno. No hay alternativa posible por tren o carretera; el barco no cubre las mismas necesidades de tiempo y frecuencia. Por eso, lo que está en juego es mucho más que un calendario de vuelos: es nuestra movilidad, nuestra economía y nuestra calidad de vida.

Urge una respuesta inmediata. Sea cual sea el partido que gobierne en Madrid, la exigencia es la misma: planificación, respeto y compromiso real con Menorca. Porque cuando hablamos de conectividad, hablamos de algo que nos afecta a todos por igual.

Menorca merece un servicio público de transporte aéreo que garantice nuestra presencia en el mapa sin condiciones ni recortes. Y lo merece ya.

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