A Rua da morte. Calle de la muerte. Así es como bautizaban jocosamente los estudiantes Erasmus de Lisboa la Calçada da Glória, la calle que une el Miradouro de São Pedro de Alcântara con la Avenida Liberdade, en Lisboa. Una cuesta descomunal, terrible, que salvaba el vetusto Elevador da Glória, en el que han fallecido 17 personas por un terrible accidente que ha puesto el foco en la capital portuguesa y en sus elementos históricos.
Es una herida en el corazón de Lisboa, ciudad que se repuso del trágico incendio del Chiado de 1988 y del terremoto de 1755, una ciudad que los que hemos vivido en ella llevamos en el corazón. Descansen en paz las víctimas y que lleguen a buen puerto las investigaciones y se depuren responsabilidades. Ese elevador se pensó a finales del siglo XIX para los lisboetas. ¿Lo hemos saturado y sobreexpuesto al estrés turístico? Se preguntan los medios portugueses. Seguramente.