Finalmente, tras año y medio de forcejeos jurídicos, el magistrado Ángel Hurtado del Tribunal Supremo abrirá juicio oral al fiscal general del Estado, al que impone una fianza de 150.000 euros. Por revelación de secretos de un presunto delincuente, algo jamás visto que llena de alborozo a la derecha y deja estupefacto al mundo, incluidos no pocos juristas. No es nuestra intención comentar este asunto (¡El Supremo contra el fiscal general!), que ha copado cientos de portadas de periódicos y abierto numerosos telediarios, sino solo mostrar un ejemplo extremo de lo muy jurídico que se ha vuelto todo.
El grueso de la realidad y la narrativa, así como un elevado porcentaje de las noticias, es ahora de naturaleza jurídica, y no únicamente en España, porque el Supremo de los EEUU, que naturalmente es superior al nuestro, tras declarar inmune al presidente de Estados Unidos hasta de los casos en los que fue condenado, permitirá arrestos masivos de emigrantes en Los Ángeles tras el recurso de Trump (lo recurre todo) al último veto judicial. Mal de muchos consuelo de tontos, pero consuelo a la postre. La realidad aumentada es la judicial, y pronto hará falta una inteligencia artificial jurídica (una JA) para cubrir esa exigencia de que todo sea jurídico.
De ahí que la portavoz del PP, exultante por la posible condena de cárcel al fiscal general, haya explicado de rebote que no se puede llamar genocidio a las matanzas de Gaza, ya que tal cosa la determinan los jueces, y aún no lo han hecho. Todo lo determinan los jueces, y solo es real lo que es judicial, de modo que aunque tengas algo delante de las narices, no puedes asegurarlo hasta que sea jurídicamente cierto. Esto lo deduje tras la solemne apertura del año judicial, que presidió el Rey y en la que la magistrada Isabel Perelló, presidenta del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, expresó su enojo con el Gobierno, y reiteró de pasada qué se puede legislar y qué no.
Ah, qué jurídico se ha vuelto todo. Si no es jurídico no vale, ofende la independencia judicial. ¿Y qué se puede hacer con esta realidad exageradamente judicial? Pues supongo que recurrir judicialmente. Al presidente de Estados Unidos le funciona.