El punto suele ser negro y pequeño, como ese lunar que tienes cielito lindo junto a la boca, pero también puede ser un punto clave. O un punto y seguido. Carece de dimensiones y sustancia, pero sin embargo con muchos puntos tienes una línea, y con muchas líneas un plano. Desde el punto de vista geométrico, todo está hecho de puntos, como el universo cuántico, lo que le convierte en una de las mayores abstracciones ideadas por el ser humano, pero es que además también se trata de un signo ortográfico y hasta existen letras que lo llevan siempre incorporado, como la jota y la i, que a su vez es la unidad de los números imaginarios, básicos para formar los complejos. Más abstracción imposible. Estamos pues ante un invento, el punto, sin el que no habría geometría, ni matemáticas, ni escritura, aunque esto último solo hasta cierto punto, ya que bastantes escritores geniales, como Joyce, para demostrar atrevimiento y un punto de chifladura, escribieron páginas y más páginas, o novelas enteras, sin puntos de ningún tipo. Escritores que no tenían punto medio, aunque sí puntos débiles, o muertos, porque hay que ser un genio para perder el tiempo con tonterías. Para mí que eso les hizo perder puntos.
En los teclados la tecla del punto está en la última fila y contiene también los dos puntos, una exageración ortográfica cuya utilidad se reduce a anunciar que vamos a decir algo. Toleramos los dos puntos, perfectamente sustituibles por una coma y que también son el signo aritmético de la división, por respeto al punto solitario, que es el que vale. Un punto clave, decíamos, el punto de partida y de llegada, en cuyo caso se convierte en punto final. O en puntos suspensivos, ese invento infinito. Ah, el punto. Qué gran idea. Si como ya hemos visto la capacidad simbólica del punto es extraordinaria, y muy versátil, la del punto final es definitiva. Simboliza todo lo que haga falta, incluido dar por acabada la confección de unos guantes de punto. Sí, además de un lugar y su dirección, el punto es un tejido. Y el momento de servir el risotto de alcachofas. Está en su punto.