Mari Carmen Martínez Bordiu y su esposo, José Campos, pasan unos días de descanso en su casa del Port de Andratx.
Nada más llegar, lo primero que hicieron fue ir a bañarse a Cala Llamp. En bañador, sin maquillaje y sin photoshop «no son ellos», nos comentaron unos colegas que les estuvieron haciendo fotos. El sábado, mientras él se quedaba en casa, ella se dirigió al Port, a comprar y luego a tomarse un refresco en La Consigna, donde adquirió ensaimadas.
Mari Carmen, que ocultaba sus ojos detrás de unas gafas de oscuros cristales y que lucía un vestido corto, por encima de las rodillas, sin mangas, de finos tirantes y muy escotado, cargada de bolsas, con el bolso y la ensaimada, se fue a buscar el coche, con el que regresó a casa.
De Campos, ni rastro.