Todo hacía presagiar que sería la fiesta del año, pero finalmente parece haberse convertido en todo un fiasco. Nada ha tenido que ver la despedida de soltero del Príncipe Guillermo con lo que se venía anticipando. En vez de ser una súper fiesta todo apunta a que se reunieron en una íntima, sencilla y discreta velada.
Cuando salió a luz que el Príncipe Enrique de Inglaterra sería el padrino en la boda de su hermano, todo el mundo se hizo una idea de cómo sería la despedida de soltero. Todo apuntaba a que el alcohol, la diversión y la juerga correrían por los rincones de alguna de las discotecas más cotizadas de Londres.
Días más tarde se conoció la noticia de que el hermano de Guillermo estaba planeando una celebración con el agua como tema principal. Un evento en el que no faltarían los barcos más lujosos, ni el esquí acuático en Exmouth, Devon. Pero al parecer, después de que se filtrara esta información a la prensa, se produjo un cambio de planes de última hora.
Aburrida y tranquila velada
La despedida de soltero pasada por agua se ha sustituido por una aburrida y muy tranquila velada a la que asistieron alrededor de 20 de los amigos más cercanos del futuro marido de Kate Middleton y que se celebró en Norfolk, un condado situado al este de Inglaterra.
El Daily Express ha publicado que los costes totales del relajado fin de semana no se han excedido en absoluto, con respecto a lo que se esperaba. De hecho, la suma de dinero asciende a casi 3.000 euros.
Además, el evento hubiera estado más próximo a la fecha de la boda, como manda la tradición, pero el Príncipe Guillermo tiene una agenda de compromisos muy apretada y hubiera sido imposible hacerlo en el mes de abril.