La tonadillera ha hecho las paces con la prensa y en especial con Telecinco, la cadena con quien tuvo duros enfrentamientos. Precisamente allí, Isabel se ha sentado para hablar alto y claro. Su vida sentimental, su estado emocional y su situación frente a la justicia, asegurando: «Soy inocente. No me asusta nada, yo tengo mis abogados y acataré lo que el juez tenga que decirme en ese momento».
Isabel Pantoja ha roto su silencio en un plató de televisión y ha hablado de esos episodios de su vida de los que hasta ahora poco o nada se sabía.
«Después de la muerte de mi padre y Paco es lo peor que me ha pasado. Llevo cuatro años aguantando carros y carretas y he tenido que aguantar hasta tener mi defensa. Mi defensa está preparada desde hace siete meses y nadie la ha leído porque no le interesa a nadie», confesaba la folclórica a Ana Rosa Quintana tras su paso por Qué tiempo tan feliz.
Y es que esta difícil situación de la cantante le llegó a pasar una dura factura. «Hace muchísimos años, tuve una gran depresión de la que me salí sin medicamentos y hago lo imposible. Yo misma me doy fuerzas pero hay días en los que no puedo más y ese día estaba así. Todo lo que iba saliendo me iba emocionando muchísimo más de la cuenta porque estoy un poquito depresiva», comentaba.
Isabel sigue defiendiendo su inocencia y asegura que ella en ningún momento supo nada de los negocios de la que por aquél entonces era su pareja, el ex alcalde de Marbella Julián Muñoz. «Cuando conocí a esa persona no sabía lo que llevaba detrás. Yo no sabía lo que ocurría en ese pueblo», matizaba.
La Pantoja añadía: «Yo no leía nada y mi entorno se limitaba a mi hijo, mi hija y mi madre. En la casa no entraban periódicos y yo no soy asidua a leerlos. Cuando pasó lo que pasó sólo hice una pregunta: '*Esto que es? Me dijo que no tenía nada que ver. '*De verdad? No me engañes', le dije y me dijo que no. Yo le creí».
Sobre su ex pareja, la tonadillera se limitó a dejar claro: «Este señor, Julián Muñoz me falló». Y añadía: «Me falló en el amor y en mi persona. Cariño no le tengo pero no le tengo rencor. No merece la pena tener rencor y odio.»