La frase puede resultar tópica ya, pero con casi siete décadas de vida, Raffaella Carrá sigue sin aparentar tanto «Qué Dolor» ni tanta «Fiesta» acumulada, ya sea en su físico o en sus ganas de seguir divirtiéndose con la gente joven, a la que se acerca, 14 años después de su último disco, con un álbum dance.
«Esto no significa que quiera empezar de nuevo mi carrera de cantante, sé bien la edad que tengo y la energía», ha dicho hoy la italiana en una rueda de prensa en Madrid, en un país que siente suyo y en el que ha presentado «Replay» (Blanco & Negro Music), con once canciones inéditas -4 en inglés, 5 en italiano y 2 en español- pensadas «para bailar», como toda su carrera.
Enfundada en una «chupa» azul bien ceñida y luciendo mitones de cuero y uñas lacadas en negro, con su icónica y perfecta melena rubia de siempre y subida a tacones de ocho centímetros (por lo menos), Carrá ha hecho gala de la vitalidad de quien, dice, goza de «la libertad de hacer lo siente y de tomarse la música como liberación de tantos momentos difíciles».
«Yo no quiero ser joven, quiero divertirme con los jóvenes», ha explicado la artista, que se ha aproximado a la música «dance» de «una forma natural y sencilla», toda vez, opina, que sus canciones de siempre, como «Rumore», abrazaban un estilo medio hermanado con el de las nuevas producciones de su compatriota Max Moroldo.
La culpa de estas ganas de volver a la música la tiene su colaboración de hace dos años con el DJ francés Bob Sinclair, «Far L'amore», que suena en los primeros minutos de la película de Paolo Sorrentino «La gran belleza», nominada como mejor film extranjero en los próximos Oscar.
«Si ganamos, como actriz no habrá pasado nada, pero como cantante, ¡habré estado en Hollywood!», ha dicho sin perder su aparentemente natural entusiasmo esta mujer, que debutó en 1960 como actriz en «La lunga notte del 1943».
El tanto por ciento restante de la explicación de su retorno discográfico reside en su paso como «coach» por la versión italiana del concurso musical «La voz», programa con el que se comprometió después de que algunos programas de la primera edición en España le hicieran llorar.
«Lo que me gusta es que ahí no eres el protagonista, sino que das la oportunidad a un chico o una chica joven de salir fuera», ha contado.
En su nuevo disco, «Replay», ha incluido dos temas compuestos íntegramente por ella. Uno de ellos es «Toy boy», «dedicada a esas grandes estrellas que tienen un chico mucho más joven a su lado después de una desilusión amorosa».
El otro lleva nombre español, «Fernando», que bien valdría para declarar su amor tanto por su ídolo Fernando Alonso, como buena seguidora de Ferrari, como por Fernando Llorente, jugador del Juventus, su equipo de fútbol.
«Muy contenta» con el resultado, asegura que es la gente la que le proporciona la carga vital, aunque haya tenido que reducir el número de pasos de baile en cada coreografía. «No me entreno casi nunca, nado muchísimo y como menos si tengo que estar en línea, con lo que sufro un poco, pero ya no voy a la sala de ensayo como hace tiempo», ha reconocido.
Después de más de 50 años de carrera, considera que ya ha trabajado «muchísimo». «Ahora quiero vivir mi vida», ha reclamado la boloñesa, que no se mete en ningún proyecto si no es por diversión.
«No tengo la enfermedad de estar en la pantalla todos los días, si un proyecto me gusta, lo hago, pero ha llegado un punto en el que estoy no solo satisfecha, sino sorprendida. Pensaba retirarme a los 50 años y aquí estoy todavía, presentando un disco de dance», ha destacado.
Por eso, por ejemplo, declina salir de gira. «Déjame divertirme, pero no me masacres», ha bromeado, antes de explicar que ya no se ve capaz de ofrecer un «show» como los de antaño. «Y no sé hacerlo de otra forma», ha añadido, con ganas pese a todo de dar con «Replay» otra «fantástica, fantástica fiesta».