El Rey practicó mucho la equitación en su etapa de soldado, una época del monarca poco conocida que ha llevado a Augusto Ferrer Dalmau, considerado el mejor pintor militar del momento, a pintar el primer cuadro de don Juan Carlos montado a caballo, en el que ha invertido 300 horas de trabajo.
El artista, que acaba de entregar el cuadro al Museo de la Guardia Real, en El Pardo (Madrid), ha dicho en una entrevista con Efe que con esta obra pretende «seguir la tradición romántica y elegante de las pinturas ecuestres de nuestros reyes».
Además de permanecer en ese museo, la obra será protagonista del libro «Ferrer Dalmau y la caballería de la Guardia Real», que se presentará el próximo abril con prólogo del jefe del cuarto militar de la Casa de SM el Rey, el teniente general Antonio de la Corte García, ha manifestado el pintor catalán afincado en Valladolid.
Preguntado por el motivo que le ha llevado a caracterizar al jefe del Estado de joven, cuando acababa de alcanzar la mayoría de edad, y no en otra etapa de su vida, ha señalado que dentro de su pasión por pintar al Ejercito se había marcado el objetivo de plasmar al monarca en su etapa de formación militar.
En ese momento en el que don Juan Carlos pasaba por distintas academias para prepararse para su futura tarea como monarca «sin duda ejercitó mucho la equitación», considera el pintor después de haber realizado una labor de investigación sobre la actividad del entonces Príncipe de España en su etapa de formación.
Augusto Ferrer Dalmau reconoce que de momento no se ha planteado pintar más cuadros del monarca, pero sostiene que si lo hiciera «sería sobre su etapa militar y castrense».
El cuadro, un óleo sobre lienzo de formato vertical y con unas dimensiones enmarcado de 110 centímetros de ancho y 130 de alto, refleja a «un joven oficial del Ejército como tantos otros que servían a su patria», con la salvedad de que en el lienzo aparece practicando la equitación.
Predominan los tonos ocres y grises que, con una precisión y profundidad de campo inigualables, definen una imagen de don Juan Carlos, y de un imponente y elegante equino, nítida hasta la perfección con un fondo abstracto que bien pudiera ser polvo o niebla.
Para el artista catalán, hay muchas obras del Rey, pero no del soldado que fue, por lo que el pintor quería representarle en esta etapa de su formación «que muy poca gente conoce y que sin duda fue importante para forjar un carácter».
Conocido por su posición contraria al separatismo catalán y amigo personal de Albert Boadella, el pintor se muestra tajante al ser preguntado por su opinión sobre el papel de la monarquía, al afirmar que él juro «lealtad a España, y con ello, a todo lo que nos simboliza».
Especialista en escenas militares ecuestres del siglo XIX, Ferrer Dalmau es caballero de la Orden Imperial de Carlos V y posee la Cruz de Plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil y un reconocimiento de la Inspección General del Ejército.
Siempre que tiene oportunidad recalca que el hecho de pintar soldados, al ejército y su historia le hace sentirse «orgulloso de ser español».
Nacido en 1964 en Barcelona, es heredero artístico de Josep Cusachs y ha recogido el testigo de los pintores realistas catalanes del XIX para ofrecer el lado más romántico y naturalista de aquella corriente.
Ha realizado exposiciones en ciudades como Barcelona, Madrid, París y Nueva York, además de en centros oficiales como el Museo del Ejército en Toledo, el Palacio de Capitanía de Zaragoza, el Palacio Real de Valladolid o el Castillo de Figueras, en Gerona.
Sobre él, el escritor y académico Arturo Pérez Reverte ha dicho que es un ejemplo de «cómo pintar con talento es una forma de narrar tan eficaz como otra cualquiera».