La princesa Charlène de Mónaco se ha desplazado esta semañan hasta El Vaticano para participar en una conferencia. Durante su estancia allí, la princesa concedió una entrevista en la que habló un poco de su vida y sobre su conversión al cristianismo.
También explicó un episodio bastante traumático en su infancia. Confesó que estuvo a punto de ahogarse en una piscina. «Sucedió poco tiempo después de que mi primo muriera ahogado a los cinco años y de que un amigo cercano a mi padre perdiera a su nieta en la misma situación». Tal como aseguró Charlène, cuando se convirtió en princesa y tuvo la oportunidad de crear su propia fundación lo tuvo claro: se encargaría de enseñar a nadar a los más pequeños.