Marc Anthony fue coronado el pasado miércoles como Persona del Año en la 17 edición de los Grammy Latino en una ceremonia llena de versiones de sus éxitos a la que el artista puso el broche al asegurar que se sentía «más vivo que nunca».
«Me dijeron que no tenía que hablar. Lo mío es cantar», afirmó tímidamente el neoyorquino, de 48 años, sobre el escenario al recoger la estatuilla de manos de Ricky Martin.
El cantante de origen puertorriqueño, visiblemente emocionado, dijo que el premio era «todo un honor y un placer».
El premio de Persona del Año se entrega a los artistas por su legado musical y por sus esfuerzos humanitarios. En el caso de Anthony, recientemente creó la organización sin ánimo de lucro Maestro Cares para ayudar a los huérfanos de Latinoamérica.
El público, alrededor de los 1.400 espectadores que se reunieron en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas (Nevada), disfrutó de lo lindo con un «Volver a comenzar» a cargo de Jesse and Joy, Fonseca y Jimmy Zambrano.
Su compañero Leonel García también se deshizo en elogios hacia Anthony. «Marc representa una de las tradiciones más importantes de Latinoamérica, la salsa», explicó.
En la recta final llegaron las actuaciones de Gaby Moreno, Kany Garcia y Mon Laferte ("You sang to me") y la improvisación de Gilberto Santa Rosa junto a Gente de Zona ("Aguanile") antes de la explosión de júbilo que supuso la irrupción de Anthony sobre el escenario.
El presidente de la Academia Latina de la Grabación, Gabriel Abaroa, inició la velada con un alegato contra el presidente electo de EEUU, Donald Trump, a quien, en tono de broma, acusó de los problemas informáticos en el sistema que provocaron un lento y parsimonioso acceso al recinto para los invitados.