Kim Kardashian es uno de los rostros de la tercera temporada de My Next Guest Needs No Introduction (Mi siguiente invitado no necesita presentación), el programa que conduce David Letterman para Netflix y en el que la modelo habló sobre temas como la labor de Donald Trump o el robo que sufrió en París.
En cuanto a su postura sobre el presidente de Estados Unidos, la socialité le confesó al presentador que recibió muchos consejos de que no pisara la Casa Blanca. «Mi reputación se arruinaría», le dijo a Letterman, pues, en 2018, la empresaria se reunió con Trump para hablar de la reforma de las prisiones y de las sentencias.
Kardashian fue cuidadosa durante la conversación, midiendo muy bien sus palabras. Y es que, a pesar de las insistencias de Letterman, esta no confesó a quién votará en las próximas elecciones presidenciales.
De hecho, la mujer de Kanye West no dijo nada negativo del presidente estadounidense, sino todo lo contrario: se mostró «extremadamente agradecida» por el trabajo de la Administración republicana.
En la entrevista, la modelo también recordó, entre lágrimas, uno de los momentos más angustiosos de su vida: el robo que sufrió en 2016, en la ciudad de París, cuando unos encapuchados asaltaron su habitación y, a punta de pistola, le arrebataron un botín valorado en 10 millones de euros.
«En ese momento pensé: 'Dios, me van a violar o hacerme algo incluso peor. Va a pasar, así que no te queda otra que estar preparada'. Así que traté de mentalizarme mientras me ataban de pies y manos, mientras me tapaban los ojos y me cubrían la boca con cinta aislante», contó en el programa.
La empresaria se sintió muy preocupada por el «trauma» que podría generarle aquel suceso a su hermana mayor: «No paraba de pensar en Kourtney, en cómo reaccionaría a lo sucedido. Me imaginaba que me encontraría muerta en la habitación y que se quedaría traumatizada para el resto de su vida».