En un giro desafortunado de los acontecimientos, Cándido Conde-Pumpido Varela, destacado abogado de 42 años e hijo del presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, ha sido ingresado nuevamente en una unidad psiquiátrica en Madrid por un presunto intento autolítico. Este episodio se suma a una serie de eventos tumultuosos que han marcado la vida del letrado en las últimas semanas. El pasado viernes, una ambulancia se desplazó hasta su residencia en el barrio de Canillejas para proceder a su ingreso en un hospital psiquiátrico. Fuentes médicas han confirmado que este ingreso fue realizado bajo una orden judicial y a solicitud de un familiar directo del afectado.
La situación del abogado ha experimentado una escalada de complejidad en los últimos días. El 5 de noviembre fue liberado después de pasar varias horas en custodia policial debido a una denuncia por su presunta participación en una agresión sexual a una prostituta en Madrid. En el auto, la jueza esgrimió que las imágenes aportadas por la defensa se pueden observar diferentes dependencias del chalé donde presuntamente se habría cometido el delito en las que no aparece uno de los denunciados, en contra de la versión de la mujer. «Ni se aprecia ninguna situación similar a la descrita por la denunciada», recoge la resolución, que agrega que la mujer aparece con Conde-Pumpido sin que se aprecie ninguna situación que coincida con lo manifestado por la supuesta víctima.
Sin embargo, la libertad fue efímera, ya que el martes siguiente, el abogado sufrió una crisis de ansiedad que lo condujo de nuevo al hospital. El propio Conde-Pumpido Varela ha negado con firmeza todas las acusaciones en su contra, calificándolas como un «montaje» para perjudicar su reputación. Este último ingreso en una unidad psiquiátrica sugiere que el abogado está atravesando un periodo emocionalmente delicado, lo que ha generado preocupación tanto en el ámbito legal como en el personal.