El tabloide francés Le Monde recoge un reportaje sobre la vida de Belén Esteban y su trayectoria en televisión. Más que retratarla se ridiculiza a este fenómeno de la prensa rosa española que atrae a las masas.
"Belén Esteban. Tan querida como detestada, esta rubia de 39 años de edad, demasiado delgada, con la cara estropeada por la vida, cuenta con más de 480.000 seguidores en su Twitter". Con estas palabras describen a la «Princesa del Pueblo» que no habrá gustado en absoluto a la estrella mediática debido a los tintes de menosprecio y risa que se dejan ver.
El reportaje abarca varios episodios de la vida de Belén Esteban: su salto a la fama por ser la novia de Jesulín de Ubrique, los enfrentamientos por la custodia de su hija Andrea, los continuos escándalos en Ambiciones y su matrimonio con Fran Álvarez entre otros tantos.
Según Le Monde, Belén Esteban es un "juguete de la cadena y del público", hacen lo quieren con ella, es una mina que hay que explotar. Al público parece gustarle este personaje mediático, pero no porque le admiren sino porque es una persona que entretiene por su baja cultura y sus escasos modales.
«¿Dejar la tele?. Pienso en eso, pero tengo demasiada gente a cargo, mi madre, mi hermano... Y de todos modos, no podría. La prensa, la gente, no me dejarían». Con esta afirmación damos por hecho que ella misma se considera indispensable en el panorama televisivo español.
Llegados a este punto, los españoles debemos plantearnos si queremos que se nos identifique con 'estrellas mediáticas' de este calibre.
M. Ferrer Jáuregui