Llegó el Festival de Eurovisión y cambió la vida de Mateu Jaume Roig; sobre todo, porque ganó la austriaca Conchita Wurst, que según le contaron -y sino, a las pruebas de las fotos les remito- tiene un gran parecido con él. «Los amigos, cuando lo vieron por primera vez –dice Mateu–, me llamaron para decirme lo mucho que nos parecíamos, sobre todo cuando llevaba el pelo largo. Y cuando ganó el festival, pues ya ni os cuento. El teléfono no paraba de sonar. ¡Y menos mal que no tengo cuenta de Twitter, que si no... Así que me puse la peluca y un vestido largo, como el de Conchita y... Pues sí, nos parecemos bastante...».
Mateu confiesa que desde siempre le ha tirado lo artístico, reconociendo que «me vestí de mujer para actuar en algunos de los musicales que organizábamos en nuestro pueblo, Vilafranca, como el de Moulin Rouge, o para cantar Gracias por venir en el Último tranvía, pero jamás salí vestido de mujer con barba. Y si me veis ahora con ella, es porque me he hecho las fotos para ver como resultaba, por comparar, pero por nada más.»
Propuestas varias
Pues como decíamos antes, la vida ha cambiado para Mateu. Al menos por el momento, que más adelante ya veremos. «¡Es increíble! No solo me llaman desde muchas partes para comentarme el parecido, sino que me han llamado desde sitios proponiéndome que acuda vestido de mujer con barba, que haga un photocall, como si fuera una estrella y nada más. Vamos, que lo único que les interesa es mi presencia. Y yo, la verdad, alucino. Porque me he pasado media vida trabajando por ser alguien en un mundo en el que no es fácil darse a conocer y resulta que por una coincidencia como esa, ya ves: me llaman de todas partes. Como si fuera superfamoso».
Incluso me han llamado desde Tele 5 para que acuda esta noche al programa Hable con ellas, no solo para entrevistarme sino ¡para que cante la canción ganadora de Eurovisión!, por lo que ya me tienes ensayándola todo el día. Además, como me he cortado el pelo, me voy a tener que poner una peluca, y en cuanto al vestido, pues me pondré uno largo y negro.»
Evidentemente, Mateu, a quien desde la gala de Eurovisión algunos cariñosamene le llaman Conchita de Vilafranca, por todas estas circunstancias y coincidencias, debe de estar hecho un lío, aunque no por ello deja de tener los pies muy bien puestos sobre el suelo, o al menos esa es la impresión que nos da, «porque, a ver, cuánto va a durar esto, ¿quince días, un mes?» –se pregunta.
«Lo único que puedo decir ahora mismo es que estoy muy sorprendido, y por otra parte agradecido, pero, repito, esto, en un par de semanas, pasa, entre otras cosas porque yo no lo he buscado, ni tampoco pretendo sacar provecho a esta situación». Eso nunca se sabe, le decimos. Pero él insiste en que esto será pasajero.
Cuenta que en su trabajo –trabaja en publicidad en Manacor, en Ravanetto– se lo han tomado bien. Vamos, que se divierten viendo al compañero metido en esta vorágine que ni ha buscado ni que esperaba.
¿Que si a partir de ahora se verán artistas travestidos con barba? «Pues no creo, ya que el artista trata siempre de tener un estilo propio por lo que no le van las imitaciones».