Paz Herrera, arquitecta en paro, ha ganado 1,3 millones de euros tras completar el rosco de «Pasapalabra», pero ante todo se muestra feliz por «conseguir terminar algo grande» y espera poder continuar con su vida normal. «No sé cómo viven los millonarios», asegura, aunque se crió como vecina de los Botín.
«Por fin acabo algo bien', ese fue mi pensamiento cuando completé el rosco», ha explicado hoy en la sede de Mediaset España la concursante santanderina, con el pelo aún muy corto tras la tradicional rapada a manos de presentador Christian Gálvez, y que se ha definido como «aprendiz de todo y maestra de nada».
Seguramente esa curiosidad innata por los más diversos campos, entre ellos la pintura y la literatura, le han permitido sobrevivir durante cuatro meses en «Pasapalabra», uno de los concursos más complicados de la televisión, hasta conseguir completar las 25 preguntas que le han llevado al bote de 1.310.000 de euros.
En realidad, no ha seguido ningún método para preparar sus programas, tan solo se estudió una vez las capitales, porque «el mundo ha cambiado mucho desde mis tiempos de estudiante», dice Herrera con la misma naturalidad y simpatía con la que ha atrapado a millones de espectadores en Telecinco.
«No me estudié el diccionario porque te puedes volver loco», añade, y pone como ejemplo una de las acepciones de la palabra tijera: «Persona muy murmuradora».
¿Cuál es su secreto entonces?: «Concentrarse en la pregunta, escucharla hasta el final y sobre todo recordar la letra que te piden, porque los concursantes no vemos el rosco que aparece en pantalla».
Hasta en 17 ocasiones -"las he contado ahora», dice- se quedó en la pregunta 24 del rosco, y nunca sintió presión, «tan solo cansancio en las grabaciones"; así hasta que respondió Camile Saint-Saëns a la pregunta: «Apellido del compositor autor de la obra 'El concierto de los animales' de 1886».
Hace ya un mes que grabó el programa del ansiado rosco, pero aún no tiene muy claro cuánto dinero le quedará después de pagar impuestos: «Siempre he sido partidaria de pagar, pero me hace gracia que ahora Hacienda se acuerde de mí cuando antes ni me hacían la devolución».
Paz, de 53 años y que permanece soltera, no es una mujer de caprichos; «mis sobrinas sí», dice entre risas, aunque enseguida apunta que «las tres son muy buenas estudiantes».
A esos estudios y a viajar dedicará el dinero conseguido, intentando seguir «con una vida normal, porque no sé como viven los millonarios», aunque recuerda su infancia como vecina de la familia Botín en su pueblo, Puente de San Miguel.
«La cigüeña me dejó en el lado equivocado de la tapia», asegura entre risas, y anuncia que tal vez, para continuar con el éxito, seguirá «la estela de austeridad» que su familia estaba acostumbrada a ver en casa de los Botín, «porque a ellos les ha ido muy bien».
«Mi tío me contó que vio salir un pollo asado por encima de la valla al grito de '!todos los días pollo!, y a Marcelino Botín no le importaba que las vacas se metieran a comer las berzas de su huerto...», recuerda la arquitecta santanderina, que ya desde los 12 años sintió esa vocación, para descubrir que la carrera era «un rollo impresionante».
«Soy aprendiz de todo y maestra de nada», explica, y señala que tiene más obra pictórica que arquitectónica, aunque de lo que más satisfecha está ahora es de haber reunido en un libro todos los relatos basados en las vivencias que le contaron sus abuelos y sus padres, a quienes está muy agradecida porque «para ellos lo primero era el estudio».
«Quién sabe si en un futuro me dedicaré a escribir...», dice, aunque sí parece tener claro que no volverá a presentarse a un concurso, «hasta que me haya fundido el millón», concluye.
Herrera dice que parte del dinero del premio se irá una de sus pasiones, los viajes, aunque recientemente la hayan reconocido en Nueva York, a pesar de ir con «peluca y pañuelo» y eso que ella asegura que no se reconocía así misma en las fotos.
No tiene más que palabras de agradecimiento para su conciudadanos de Torrelavega, que la han animado durante todo este tiempo, aunque ahora confiesa que, dado lo que ella «se enrolla hablando», tiene que planear con bastante tiempo sus trayectos por la ciudad.
El interés por su trayectoria se ha reflejado en las audiencias, que han pasado del 16,7 % de cuota de pantalla y 2.613.000 espectadores registrados en el primer día de su segunda etapa como concursante (27 de enero de 2014), al 25,6 % obtenido el pasado viernes y los más de 3 millones de espectadores conseguidos el pasado martes 20 de mayo.