Ainhoa Arteta reapareció este jueves en El Hormiguero 3.0. La artista, que en el mes de agosto tuvo que ser ingresada por una sepsis derivada de un problema renal y que en septiembre sufrió un infarto que provocó que le amputaran varios dedos, explicó a Pablo Motos cómo ha vivido estos duros momentos. «Me dio una sepsis, un cólico nefrítico que se complicó y me indujeron al coma durante cuatro o cinco días. Me salvé por los pelos porque soy alérgica a la penicilina, ya que mi cuerpo había generado resistencia a los antibióticos. Pero no fue COVID», aclaró la soprano en el programa de Antena 3.
En la entrevista la vasca tuvo muy presente a Rafael Nadal, al que felicitó tras su histórica victoria en el Abierto de Australia. «De la única manera que se puede salir de todo esto, es con la fuerza mental, esto nos lo acaba de demostrar Rafa Nadal, que con una lesión se tiró cinco horas de partido y ganó», unas palabras que fueron muy aplaudidas por el público. Y es que tras su dura experiencia, Arteta valora aún más la capacidad mental para poder hacer frente a las dificultades.
Tal y como indicó Ainhoa, una de las cosas que más le impactó tras su ingreso fue su cambio físico: «Fíjate como estaría físicamente que al salir del hospital, el iPhone no me reconocía la cara, no tenía el dedo para la huella y no me acordaba de la clave para desbloquearlo». Y es que la falta de riego sanguíneo afectó a sus extremidades: «Tenía las manos y los pies negros porque no les llegaba riego por la medicación. Perdí un dedo de la mano derecha y salvé la izquierda porque es la que está más cerca del corazón y le llegaba».
Eso sí, parece que por el momento descarta ponerse una prótesis: «Primero porque me da pereza. No me animé porque soy muy gesticulera y cuando canto también, así que me imaginaba que en algún concierto se me iba a escapar el dedo». La cantante también tuvo muy presente a los sanitarios en su intervención y pidió que «no se hagan recortes en Sanidad». «Estuve diez días en la UCI con los enfermos de COVID, es inconmensurable el valor de todos los sanitarios y médicos ante esta situación», alabó.
A lo largo de la entrevista Arteta también detalló los fuertes dolores a los que tuvo que hacer frente: «Al principio solo me calmaba la morfina. Tiene tanto que ver con el cerebro que el dolor se intensifica si por cualquier cosa no estás bien». Una dura experiencia en el que la vasca, tal y como aseguró, se llegó a ver al borde la muerte: «Cuando estuve en coma no vi un túnel, pero sí me vi en un espacio azul oscuro intenso y con estrellas. Me veía suspendida y había un silencio total. Vi pasar como una cosa roja por debajo con un ruido tremendo que debía ser el infierno».