Rosa López protagonizó este domingo la entrevista más accidentada de Lo de Évole. Mientras la artista se emocionaba hablando de su familia, un espejo del decorado, repleto de bombillas, se le cayó encima. «Hostia puta, qué susto. ¿Estás bien? ¿Te has quemado?», dijo Jordi Évole mientras se apresuraba en ayudar a su invitada. La cantante se lo tomó con humor y aseguró que había sido «una buena forma de parar de llorar». Un incidente que por suerte quedó en un susto y, tras recolocar el espejo, ambos pudieron continuar con el programa sin problemas.
La entrevista dio mucho de sí y la artista explicó al presentador que cuando se presentó al cásting de Operación Triunfo dijo alguna que otra mentira. En aquel momento Rosa vivía junto a sus padres y hermanos en el polígono de Almanjáyar, cercano a la ciudad de Granada, pero que a la hora de presentarse aseguró que era de un pueblo llamado Armilla. López cambió su lugar de residencia porque pensaba que le podía perjudicar a la hora de entrar en el concurso.
«Mi padre era un buscavidas. Nuestras vacaciones las pasábamos entre hormigoneras, arena, bloques y ladrillo arreglando casas. Mi padre las compraba, la arreglábamos entre todos y luego la vendía», relató sobre sus orígenes humildes. Pero este no fue el único engaño de la cantante en Operación Triunfo, y es que en el proceso de selección también dijo que «tocaba el piano y que sabía hablar un segundo idioma, inglés». Unas declaraciones que Jordi se tomó con humor: «Me parece que falsificar un currículum es lo más español que hay».
La artista también habló sobre su salud mental y cómo le ha afectado la COVID-19: «Creo que debería volver a ir al psicólogo, antes de la pandemia controlaba un poco más». Y es que aunque cuando salió del concurso fue todo un fenómeno, su música no suena en la radio desde 2004: «El día que suene en cualquier radio será como 'lo he conseguido'. Sería una satisfacción para mí, para mis seguidores, para mi familia, para mi padre».