En un giro de eventos que ha capturado la atención del público de Supervivientes, Carmen Borrego se ha encontrado una vez más en el centro de la controversia al negarse a participar en el juego de recompensa, repitiendo así la actitud que ya mostró la semana anterior. En esta ocasión, el desafío prometía a los concursantes un anhelado plato de espaguetis con albóndigas, tras diez días sin disfrutar de una comida caliente. La tarea, descrita por Laura Madrueño, requería que los competidores subieran a una plataforma para enfrentarse en duelos, intentando derribar a su oponente al mar con la ayuda de un tridente.
Playa Olimpo estaba liderando la competición gracias a las victorias de Gorka, Blanca Manchón y Rocío Madrid sobre sus respectivos contrincantes. Sin embargo, todo dependía del desempeño de Carmen Borrego, cuyo enfrentamiento contra Aurah Ruiz era crucial. «No me voy a subir», afirmó tajantemente Borrego, alegando problemas de vértigo y provocando un momento de tensión palpable.
La negativa de Borrego no solo frustró a sus compañeros sino también al equipo de presentación, con Carlos Sobera comparando la situación con el desafío inicial del salto del helicóptero y destacando la firmeza de Borrego en su decisión de no arriesgar su integridad física bajo ninguna circunstancia. «Esto ya no lo sobrepaso. No me voy a hacer daño bajo ningún concepto. No quiero jugar», reiteró la concursante ante la insistencia de Laura Madrueño y el presentador.
Como resultado de su negativa a participar, el punto fue automáticamente concedido a los oponentes, otorgándoles la victoria en la prueba de recompensa. Este incidente no solo ha generado debate entre los espectadores, sino también dentro del plató de Supervivientes, donde Alejandra Rubio, sobrina de Borrego, expresó su desacuerdo con la actitud de su tía, sugiriendo que debería haberse enfrentado al desafío a pesar de anticipar una derrota probable.
La decisión de Carmen Borrego de abstenerse de la competencia ha levantado una ola de reacciones y ha puesto en perspectiva las complejas dinámicas de «Supervivientes», un programa que continuamente pone a prueba los límites físicos y emocionales de sus participantes. Este acontecimiento subraya no solo las estrategias personales frente a los desafíos, sino también el impacto de tales decisiones en la cohesión y moral del grupo.