El cambio al horario de verano tiene lugar este fin de semana y esta pasado domingo, 26 de marzo, a las 2 de la madrugada han pasado a ser las 3. Esto tiene implicaciones positivas y negativas. En relación a las primeras, cabe destacar que anochecerá más tarde, por lo que para muchas personas seguirá siendo de día cuando terminen la jornada laboral. Esto permitirá hacer más cosas al aire libre y disfrutar más en día. Sin embargo, también tiene inconvenientes, puesto que el organismo es sometido a un cambio horario; las personas mayores y los niños suelen ser los más vulnerables.
La coach personal y de salud, Marga Almarcha, expone que «si bien no supone una afectación a la salud, hay ciertos colectivos como los lactantes, las mujeres y las personas mayores que son más susceptibles de experimentar ciertas incomodidades, que serán más relevantes o acusadas que en el cambio de horario de invierno». Uno de los efectos que se pueden asociar al cambio de hora es el sueño, que «se puede ver alterado despertándonos cuando todavía hay oscuridad. Al mismo tiempo, los lactantes se acostarán cuando todavía haya luz, lo que les puede generar una mayor dificultad a la hora de quedarse dormidos. El resultado en ambas situaciones es que nos podemos sentir más cansados e ir arrastrando somnolencia a lo largo del día hasta que nos regulemos». «Los primeros días posteriores al cambio de horario son para acostumbrarnos y transitar en cierta irritabilidad, cansancio», señala.
¿Cómo aliviar los efectos del cambio horario?
La coach recomienda «ir acostumbrando al cuerpo los días anteriores, acomodando el horario poco a poco, ya que puede ayudar a ver disminuida esta sensación de jet-lag. Lo puedes incorporar cada día levantándote o acostándote quince minutos antes, así poco a poco se irá acostumbrando el cuerpo al nuevo horario». En el caso de las personas a las que les cuesta conciliar el sueño, posiblemente acusen más el cambio de hora, por ello sería beneficioso que no abusen de bebidas estimulantes el día anterior y el posterior sobre todo después de comer.
«Ya se sabe que el uso de los dispositivos electrónicos debería regularse, sobre todo por la noche. Por esta razón, es importante no dedicarles muchas horas antes de ir a dormir el día anterior y posterior al cambio de hora», recomienda.
Almarcha señala que «muchas veces la sensación de hambre regula nuestros horarios, en este sentido es importante ir modificando tu horario de comidas para que tu estómago se vaya acostumbrando al nuevo horario».
«Adelantar una hora el horario genera en nosotros ciertos síntomas que, en función de cada uno, cuesta sobrellevarlos, aunque estemos acostumbrados a bailar sobre esa hora de más o de menos. Tener en cuenta estas recomendaciones nos puede ayudar a rebajar la incomodidad de parecer que hemos hecho un viaje transoceánico aunque solo se trate de una hora», concluye la coach.