En la antigua Roma la población se dividía en clases altas y bajas. La vestimenta y el calzado también eran símbolo de riqueza por lo que había diferenciaciones entre personas ricas y pobres. Gracias a los textos antiguos hemos podido saber que había distintas clases de calzado que utilizaban. A pesar de la variedad, todas tenían una característica común y es que iba atado al tobillo. También hay que indicar que para fabricar los suyos tuvieron en cuenta otras civilizaciones. A continuación detallaremos los distintos tipos que existían.
1. Simple, como su nombre indica estaba formado por una suela que iba atadas con unas correas. Normalmente los usaban los más pobres y esclavos.
2. Sandalias. Había en todos los sitios pero siempre se usaban dentro de casa, por su comodidad y porque era mal visto que se llevaran en público. Solo se utilizaban si era de manera informal y se ajustaban con unas cintas alrededor de la pierna.
3. Calceus, el gran utilizado, se podría calificar como el mocasín que se lleva en la actualidad. Eran pesados y algo incómodos pero se usaban como símbolo de estatus social según el color del que eran. Por ejemplo, el de los senadores eran de color negro mientras que el de los cónsules eran blancos.
A grandes rasgos estos eran los más utilizados, aunque hay que tener en cuenta otros factores. Los romanos no utilizaban calcetines así que se protegían del frío con su calzado que siempre era de cuero. Sin embargo, los pobres utilizaban prendas de lana para protegerse del invierno y las bajas temperaturas.
Las mujeres, por su parte, podían llevar adornos en su calzado y era muy común adornos de perlas o hilos de oro. El zapatero que los fabricaba elegía sus materiales y dependiendo de la calidad, más caro era el coste del trabajo realizado. Tanto es así que algunos de ellos se alzaron con grandes fortunas realizándolos.