«Comprender cómo se sienten los perros y gatos es muy difícil y hacerlo mal podría generar problemas de bienestar para los animales y el riesgo de lesiones para los humanos», comienza el estudio compartido por la revista Animals. Se trata de una encuesta online realizada por científicos de la Universidad de Lincoln, Reino Unido, a la que respondieron 438 dueños de mascotas. En ella se preguntaba si sus perros y gatos podían expresar 22 emociones diferentes. En el caso de responder sí, se les preguntaba cómo identificaban esas emociones. En concreto, 227 de los participantes convivían con un perro, 93 tenían un gato y 68 compartían hogar con ambas especies.
La mayoría de dueños creían que los perros podían sentir más emociones que los gatos y que podían usar diferentes señales en su comportamiento. Incluso, las personas que tenían ambas mascotas se mostraban de acuerdo con lo anterior. Finalmente, como se intuía se dieron a conocer más emociones en los perros en comparación con los gatos. Los cuidadores de perros respondieron que sus mascotas experimentaron alrededor de 14 emociones diferentes, mientras que los responsables de gatos mencionaron que sus mascotas experimentaron alrededor de 10 emociones.
Estos resultados, por otra parte, han revelado que los propietarios son capaces de atribuir más estados emocionales de lo que pensaban anteriormente. Una interpretación es que los gatos pueden comportarse de manera diferente si viven con perros en comparación a si viven solos o con otros de su especie. Además, el número de emociones caninas reportadas tenía una tendencia a aumentar con el aumento de la experiencia personal de los dueños con su mascota. Dado que tener un perro durante más tiempo puede permitirles detectar cambios sutiles en el comportamiento de su perro y familiarizarse con posibles desencadenantes emocionales y contextos. Por el contrario, también es posible que las capacidades emocionales de los perros estén siendo exageradas debido a las tendencias de humanización en los dueños de perros.