Pintarse las uñas puede ser una forma divertida y creativa de expresarse. También es una muestra de autocuidado, muy recomendable para animarnos en momentos de bajona. Además...será por ideas. En redes sociales abundan infinidad de estilos, estampados y diseños de uñas: desde simples a verdaderas obras de arte. Pintarse las uñas engancha a muchos, pero corre el mito de que es muy perjudicial si no las dejamos descansar un tiempo entre esmalte y esmalte.
Lo cierto es que pintarse las uñas, según afirman algunos dermatólogos, puede ser incluso beneficioso porque el esmalte protege las uñas de la sequedad y del sol. En principio, si se usan productos homologados y de calidad, no tiene por qué haber ningún problema. Sí es cierto que si no tenemos las uñas sanas, al partir ya con una patología de base (como piel atópica o simplemente tenemos una herida, que pueda infectarse o causar molestias) la cosa se nos puede complicar. Sea como sea, estas son las señales que te indican que necesitas darles un respiro:
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Debilitamiento de las uñas: El uso continuo de esmaltes de uñas puede llevar al debilitamiento y fragilidad de las uñas. Los químicos en los esmaltes y los removedores de esmalte, especialmente aquellos que contienen acetona, pueden secar las uñas, haciéndolas más propensas a quebrarse y descamarse.
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Deshidratación: Los componentes químicos de los esmaltes y los quitaesmaltes pueden deshidratar tanto las uñas como la piel circundante. Esto puede resultar en uñas secas y quebradizas, así como en cutículas agrietadas y piel seca alrededor de las uñas.
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Manchas y decoloración: El uso frecuente de esmalte de uñas, especialmente de colores oscuros, sin una capa base protectora puede causar manchas y decoloración en las uñas. Estas manchas amarillas o marrones pueden ser difíciles de eliminar y pueden requerir un tiempo prolongado sin esmalte para que desaparezcan.
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Infecciones: La aplicación y eliminación frecuente de esmalte puede debilitar la barrera protectora natural de las uñas, haciéndolas más susceptibles a infecciones fúngicas y bacterianas. Esto es especialmente cierto si las uñas se dejan húmedas o si se aplica esmalte sobre uñas ya dañadas.
Cómo Mitigar los Daños
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Usar productos de calidad: Optar por esmaltes de uñas y removedores que estén libres de productos químicos agresivos como el tolueno, el formaldehído y el DBP (dibutilftalato) puede ayudar a reducir el daño. Además, los removedores sin acetona son menos deshidratantes para las uñas y la piel.
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Aplicar capas Base y 'Top Coat': Usar una capa base antes de aplicar el esmalte de color puede proteger las uñas de las manchas y la decoloración. Un top coat puede proporcionar una capa adicional de protección y prolongar la duración del esmalte.
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Hidratar regularmente: Mantener las uñas y cutículas bien hidratadas con aceites y cremas específicas para uñas puede ayudar a prevenir la sequedad y la fragilidad. Ingredientes como el aceite de jojoba, el aceite de almendra y la manteca de karité son excelentes para mantener la hidratación.
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Dejar respirar a las uñas: Es recomendable dejar periodos sin esmalte para que las uñas puedan recuperarse y fortalecerse. Esto puede ayudar a prevenir el debilitamiento y las manchas a largo plazo.
¿Cada cuánto es recomendable pintarse las uñas?
Entonces...¿qué debemos hacer? ¿Nos las pintamos? ¿No nos las pintamos? ¿Cada cuánto? Todo dependerá de cómo vayamos viendo nuestras propias uñas. Estas cosas no entienden de fórmulas matemáticas, por lo que dependerá de nuestra valoración y de, en definitiva, cómo reaccione nuestro cuerpo. En caso de que no detectes ninguno de los efectos mencionados antes, ¡disfruta pintándote las uñas e inspírate con los mejores diseños más a la moda!