Calentar antes de hacer ejercicio es un paso esencial que muchos pasan por alto, pero que tiene beneficios fundamentales para el cuerpo. Un buen calentamiento prepara los músculos, aumenta el flujo sanguíneo y mejora la flexibilidad, lo que permite realizar la actividad física con un menor riesgo de lesiones. Al incrementar la temperatura corporal, los músculos se vuelven más elásticos y los tendones más flexibles, lo que ayuda a prevenir desgarros o contracturas.
Además, el calentamiento no solo actúa a nivel físico, sino también mental. Al realizar movimientos específicos, la mente se prepara para el esfuerzo que está por venir, mejorando la concentración y reduciendo la posibilidad de cometer errores durante la actividad. En deportes que requieren coordinación y precisión, como el tenis o el baloncesto, esto puede marcar la diferencia entre un rendimiento mediocre y uno excelente.
Es común pensar que estar físicamente activo durante el día equivale a estar listo para hacer ejercicio intenso, pero esto no es cierto. El cuerpo necesita una fase de activación para pasar de un estado de reposo o actividad moderada a uno de alto rendimiento. Si una persona comienza a hacer ejercicio sin calentar, los músculos están más rígidos y las articulaciones menos lubricadas, lo que aumenta el riesgo de lesiones.
En deportes de resistencia, como correr o nadar, un calentamiento adecuado permite al sistema cardiovascular adaptarse gradualmente al aumento del ritmo cardíaco y la demanda de oxígeno. Por otro lado, actividades explosivas, como el levantamiento de pesas, requieren que los músculos estén preparados para soportar cargas repentinas y fuertes, lo que se logra con ejercicios de calentamiento que involucren los grupos musculares principales.
Los expertos recomiendan un calentamiento que dure al menos 10 a 15 minutos, combinando ejercicios cardiovasculares ligeros con estiramientos dinámicos que activen las articulaciones y músculos. La progresión es clave; empezar lentamente y aumentar gradualmente la intensidad asegura que el cuerpo esté listo para el esfuerzo. Además, terminar con estiramientos suaves prepara los músculos para la actividad principal y mejora el rendimiento.