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El Estatuto de los Trabajadores lo confirma: los tres casos en los que no tienes que dar 15 días de preaviso si te vas del trabajo

Aunque el plazo de 15 días es la norma general al abandonar un empleo en España, la legislación contempla excepciones específicas que permiten la salida inmediata sin penalización

Aunque el plazo de 15 días es la norma general al abandonar un empleo en España, la legislación contempla excepciones específicas que permiten la salida inmediata sin penalización | Foto: Guilherme Santos

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El abandono voluntario de un puesto de trabajo en España está habitualmente sujeto a un plazo de preaviso de 15 días, como establecen la mayoría de convenios colectivos y la práctica laboral consolidada. Sin embargo, el Estatuto de los Trabajadores recoge tres situaciones específicas en las que los empleados pueden prescindir de este requisito sin enfrentar consecuencias negativas. Estas excepciones, a menudo desconocidas por muchos trabajadores, constituyen derechos laborales fundamentales que pueden ejercerse en circunstancias concretas.

La legislación laboral española protege a los trabajadores que se encuentran en situaciones excepcionales mediante estas cláusulas, que permiten finalizar la relación laboral de forma inmediata. Mientras que el incumplimiento del preaviso en circunstancias normales puede acarrear descuentos en el finiquito y pérdida de derechos económicos proporcionales, conocer estas tres excepciones resulta crucial para cualquier trabajador que se enfrente a situaciones complicadas en su entorno laboral. Los expertos en derecho laboral recomiendan, no obstante, documentar adecuadamente cualquiera de estos casos para evitar posibles reclamaciones posteriores.

Estas excepciones al preaviso laboral representan un equilibrio entre los derechos empresariales y la protección de los trabajadores en situaciones de vulnerabilidad o injusticia. Su aplicación, aunque claramente definida en la legislación, suele requerir de asesoramiento legal específico para garantizar que se ejecutan correctamente y sin perjuicio para el trabajador. El conocimiento de estos derechos por parte de los empleados constituye una herramienta fundamental para evitar situaciones de abuso o presión indebida en entornos laborales problemáticos.

Incumplimiento grave del empleador: primera causa para prescindir del preaviso

La primera excepción contemplada en el artículo 50 del Estatuto de los Trabajadores hace referencia a situaciones donde se produce un incumplimiento grave por parte del empresario. Esta circunstancia permite al trabajador romper la relación laboral de forma inmediata sin necesidad de cumplir con el periodo de preaviso establecido. Entre los supuestos más frecuentes se encuentran el impago de salarios, modificaciones sustanciales de las condiciones laborales sin justificación, cambios de funciones no acordados o situaciones de acoso laboral documentadas.

Lo especialmente relevante de esta primera excepción es que no solo libera al trabajador de la obligación de dar preaviso, sino que además podría generar derecho a reclamar una indemnización equivalente a la del despido improcedente si se demuestra el perjuicio sufrido. Los tribunales laborales han ido estableciendo jurisprudencia sobre qué situaciones constituyen efectivamente un incumplimiento grave, siendo especialmente protectores con los derechos fundamentales de los trabajadores como la dignidad o la integridad física y moral.

Para acogerse a esta excepción, los expertos recomiendan documentar meticulosamente las situaciones de incumplimiento, preferiblemente mediante comunicaciones escritas, testimonios de compañeros o incluso grabaciones cuando sean legalmente admisibles. Es fundamental que el trabajador pueda demostrar que la situación hacía insostenible la continuidad de la relación laboral, justificando así la ruptura inmediata del vínculo sin el cumplimiento del periodo de preaviso establecido.

Situaciones de fuerza mayor o emergencia personal: segunda excepción legal

La segunda situación que exime del preaviso, aunque menos detallada en la legislación, está relacionada con circunstancias de fuerza mayor o emergencias personales graves. Los tribunales laborales suelen admitir como justificadas aquellas situaciones que impiden objetivamente al trabajador continuar con su empleo debido a razones personales imperiosas. Entre estas se incluyen enfermedades repentinas propias o de familiares directos, situaciones de violencia de género, traslados urgentes por causas familiares o cualquier otra circunstancia debidamente documentada.

Aunque esta excepción no está tan explícitamente recogida en el Estatuto de los Trabajadores como la primera, existe abundante jurisprudencia que la respalda. La recomendación para estos casos es presentar la baja voluntaria por escrito explicando, en la medida de lo posible, los motivos que justifican la imposibilidad de cumplir con el periodo de preaviso. La documentación médica, denuncias policiales o cualquier otra prueba que acredite la situación de emergencia resultan fundamentales para evitar posibles reclamaciones posteriores por parte de la empresa.

Es importante señalar que esta excepción no debe confundirse con una simple conveniencia personal o mejora laboral. Los tribunales exigen que exista una verdadera situación de necesidad o emergencia que imposibilite razonablemente el cumplimiento del periodo de preaviso. En caso de duda, siempre es recomendable consultar con un profesional del derecho laboral antes de tomar la decisión de abandonar el puesto sin cumplir el plazo establecido.

Periodo de prueba: tercera situación de exención del preaviso

La tercera y última excepción es quizás la más conocida y claramente definida en la legislación laboral española. Durante el periodo de prueba, tanto el trabajador como la empresa pueden finalizar la relación laboral sin necesidad de alegar causa alguna ni respetar el plazo de preaviso de 15 días. Este periodo, cuya duración varía según el tipo de contrato y lo establecido en el convenio colectivo aplicable, constituye un tiempo de evaluación mutua donde ambas partes pueden decidir libremente si desean continuar con la relación laboral.

Es importante revisar detenidamente el contrato de trabajo, ya que aunque no es obligatorio el preaviso de 15 días durante este periodo, algunos contratos pueden establecer plazos más cortos (como 48 o 72 horas) que sí deberían respetarse. El Estatuto de los Trabajadores establece que la duración máxima del periodo de prueba no podrá exceder de seis meses para técnicos titulados ni de dos meses para el resto de trabajadores, salvo en empresas con menos de 25 empleados, donde este plazo no podrá superar los tres meses para trabajadores no técnicos.

Una vez superado el periodo de prueba, la relación laboral se consolida y cualquier terminación voluntaria por parte del trabajador quedará sujeta a las normas generales de preaviso, excepto si se dan alguna de las dos circunstancias anteriormente mencionadas. Por tanto, es fundamental conocer exactamente cuándo finaliza este periodo para poder ejercer correctamente el derecho a finalizar la relación laboral sin preaviso.

Consecuencias de no cumplir con el preaviso fuera de las excepciones

Cuando un trabajador decide abandonar su puesto de trabajo sin respetar el periodo de preaviso de 15 días y no se encuentra en ninguna de las tres excepciones mencionadas, la empresa tiene derecho a aplicar determinadas penalizaciones económicas. La más común es el descuento proporcional de los días no trabajados del finiquito, calculado sobre el salario que habría correspondido durante esos días. Este descuento está amparado por la legislación laboral y los tribunales lo han avalado en numerosas ocasiones.

Además del descuento directo por los días no trabajados, el incumplimiento del preaviso puede afectar a otros derechos económicos proporcionales como las pagas extraordinarias no percibidas, la compensación por vacaciones no disfrutadas o incluso, en algunos casos específicos, podría dar lugar a reclamaciones por daños y perjuicios si la empresa puede demostrar que la salida sin preaviso ha causado un perjuicio económico directo y cuantificable.

Por otro lado, es importante tener en cuenta que no cumplir con el preaviso podría afectar negativamente a futuras referencias laborales, especialmente en sectores profesionales reducidos donde las recomendaciones entre empresas son habituales. Los expertos recomiendan siempre intentar llegar a acuerdos amistosos con la empresa cuando sea posible, incluso en situaciones donde legalmente no sería necesario el preaviso.

El Estatuto de los Trabajadores: marco legal de los derechos laborales en España

El Estatuto de los Trabajadores constituye la piedra angular de la legislación laboral española desde su primera aprobación en 1980, habiendo experimentado numerosas modificaciones y actualizaciones para adaptarse a los cambios sociales y económicos. Este texto legal regula las relaciones laborales individuales y colectivas, estableciendo los derechos y obligaciones básicos de trabajadores y empresarios en el marco de las relaciones de trabajo por cuenta ajena.

En lo referente a la extinción del contrato por voluntad del trabajador, el Estatuto establece en su artículo 49.1.d que el contrato de trabajo se extinguirá "por dimisión del trabajador, debiendo mediar el preaviso que señalen los convenios colectivos o la costumbre del lugar". Este precepto básico es el que fundamenta la obligación general de preaviso, aunque como hemos visto, existen excepciones legalmente reconocidas.

El conocimiento profundo de los derechos recogidos en el Estatuto resulta fundamental para todos los trabajadores, especialmente en situaciones de conflicto laboral. Las reformas más recientes, incluyendo las adaptaciones realizadas tras la pandemia de COVID-19 y las modificaciones introducidas en 2023, han reforzado la protección de los trabajadores frente a situaciones de abuso, potenciando la conciliación familiar y estableciendo nuevos mecanismos de flexibilidad laboral que deben ser conocidos y correctamente aplicados.

¿Cómo documentar adecuadamente las excepciones al preaviso?

Para ejercer correctamente el derecho a prescindir del preaviso en cualquiera de las tres excepciones contempladas, resulta fundamental documentar adecuadamente la situación. En el caso de incumplimientos graves por parte del empleador, es recomendable recopilar pruebas como correos electrónicos, mensajes o testimonios de compañeros que acrediten dicho incumplimiento. También es aconsejable haber realizado previamente reclamaciones formales a la empresa, preferiblemente por escrito, exigiendo el cese del incumplimiento.

Para situaciones de fuerza mayor o emergencia personal, la documentación médica, denuncias policiales, certificados de empadronamiento en caso de traslados forzosos o cualquier otro documento oficial que acredite la situación de necesidad será fundamental. Es recomendable entregar estos documentos junto con la comunicación de baja voluntaria, explicando claramente por qué constituyen una causa de fuerza mayor que imposibilita el cumplimiento del preaviso.

En cuanto al periodo de prueba, basta con verificar en el contrato la duración exacta del mismo y asegurarse de que la comunicación de baja se produce dentro de dicho periodo. Aun así, es recomendable comunicar la decisión por escrito, haciendo referencia explícita a que la finalización se produce durante el periodo de prueba y, por tanto, sin necesidad de cumplir con el preaviso establecido en el convenio colectivo.

¿Dónde buscar asesoramiento ante dudas sobre el preaviso laboral?

Ante cualquier duda sobre la aplicación de estas excepciones al preaviso laboral, existen diversas fuentes de asesoramiento a las que pueden acudir los trabajadores. Los sindicatos constituyen una primera línea de apoyo, ofreciendo asesoramiento gratuito a sus afiliados y, en muchos casos, servicios de consulta básica para no afiliados. Los servicios públicos de empleo y las oficinas de información laboral de las comunidades autónomas también proporcionan orientación básica sobre derechos laborales.

Para casos más complejos o cuando existe un conflicto laboral ya establecido, lo más recomendable es acudir a un abogado especializado en derecho laboral. Muchos colegios de abogados ofrecen servicios de orientación jurídica gratuita o a precios reducidos para una primera consulta. También existen organizaciones sin ánimo de lucro y asociaciones de consumidores que proporcionan asesoramiento en materia laboral.

Finalmente, no debe olvidarse la posibilidad de acudir a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social cuando se trata de incumplimientos graves por parte del empleador que puedan justificar la ausencia de preaviso. Este organismo no solo puede verificar la existencia de dichos incumplimientos, sino que sus informes pueden servir como prueba documental ante posibles reclamaciones judiciales posteriores relacionadas con la extinción del contrato sin preaviso.

1 comentario

jaume jaume | Hace 5 meses

Y eso cuando se lleva a cabo

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