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Controversia por el cambio de hora definitivo en 2025: orígenes, impacto en la salud y futuro

El debate sobre el cambio horario resurge cuando se acerca octubre de 2025, mientras expertos cuestionan si esta práctica centenaria sigue siendo relevante en la actualidad

El debate sobre el cambio horario resurge cuando se acerca octubre de 2025 | Foto: Pexels

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España se prepara nuevamente para uno de los dos ajustes horarios anuales que tanto debate generan entre la ciudadanía. El próximo 26 de octubre de 2025, a las 3:00 de la madrugada, los relojes retrocederán hasta las 2:00, otorgando una hora adicional de sueño a millones de españoles. Este cambio, que marca el final del horario de verano, llega en medio de crecientes cuestionamientos sobre su validez en la sociedad actual. La tradición de modificar las manecillas del reloj se remonta a más de un siglo, cuando se implementó inicialmente como medida de ahorro energético. Sin embargo, numerosos estudios científicos han puesto en duda su eficacia en el contexto actual, donde los patrones de consumo energético han evolucionado significativamente y los efectos sobre la salud generan preocupación entre profesionales médicos.

A pesar de que la Unión Europea propuso en 2018 eliminar esta práctica, siete años después seguimos sin un acuerdo definitivo. La falta de consenso entre los países miembros sobre qué horario mantener de forma permanente ha prolongado una situación que muchos ciudadanos consideran un anacronismo innecesario en 2025. Entre tanto, España continúa con su particular situación horaria, fruto de decisiones históricas que nos mantienen desalineados con nuestra posición geográfica real.

Orígenes históricos del cambio horario en España

La historia del cambio horario en España comenzó en 1918, durante la Primera Guerra Mundial, como parte de una iniciativa europea para maximizar el aprovechamiento de la luz solar y reducir el consumo de carbón en tiempos de escasez. Sin embargo, fue en 1940 cuando se produjo un giro significativo: el régimen franquista decidió adelantar permanentemente una hora el huso horario español para alinearse con Alemania, una decisión política que ha perdurado hasta nuestros días. Esta medida explica por qué, a pesar de compartir la misma longitud geográfica que Portugal o Reino Unido, España funciona con el huso horario de Europa Central en lugar del correspondiente a Europa Occidental. Desde 1981, tras la incorporación a la entonces Comunidad Económica Europea, nuestro país adoptó la normativa comunitaria que establece los cambios de hora bianual en marzo y octubre.

Los defensores de mantener el sistema actual argumentan que el horario actual favorece el turismo y las actividades de ocio al aire libre gracias a las largas tardes luminosas en verano. Por contra, los críticos señalan que esta anomalía horaria afecta negativamente los ritmos circadianos y contribuye a que los españoles duerman menos horas que la media europea, con consecuencias para la productividad y la conciliación familiar.

Impacto en la salud y el bienestar

El cambio de hora ha sido objeto de numerosas investigaciones que cuestionan sus beneficios frente a los posibles efectos adversos. Según la Sociedad Española de Neurología, las alteraciones del reloj biológico pueden provocar trastornos del sueño, fatiga, disminución del rendimiento cognitivo y hasta un incremento temporal en el riesgo de accidentes cardiovasculares durante la semana posterior al cambio.

Un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid en 2024 reveló que el 67% de los españoles experimenta dificultades para adaptarse al cambio horario, especialmente en primavera cuando se pierde una hora de descanso. Los especialistas en cronobiología advierten que estos ajustes bruscos pueden tener efectos acumulativos negativos sobre la salud mental, contribuyendo a un aumento de casos de depresión estacional y ansiedad. El doctor Manuel Sánchez Cárdenas, presidente de la Asociación Española de Medicina del Sueño, declaró recientemente que "mantener un horario estable durante todo el año sería lo más beneficioso para la salud pública. Los cambios semestrales suponen un estrés innecesario para el organismo que no se justifica con los supuestos beneficios energéticos o económicos que se atribuyen a esta práctica".

El cuestionado ahorro energético

El argumento principal para mantener el cambio de hora ha sido tradicionalmente el ahorro energético. Sin embargo, los datos recientes del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) muestran que la reducción en el consumo eléctrico apenas alcanza el 0,5% anual en España, una cifra significativamente menor que las estimaciones iniciales y que resulta prácticamente irrelevante en el contexto actual.

La transformación digital de la sociedad española ha modificado sustancialmente nuestros patrones de consumo energético. El aumento del teletrabajo desde 2020, la climatización permanente de espacios y el uso constante de dispositivos electrónicos han diluido el impacto del cambio horario. Según un informe de Red Eléctrica Española publicado en marzo de 2025, los picos de consumo ya no están tan vinculados a las horas de luz natural como a los hábitos digitales y laborales de la población. Teresa Ribera, vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, reconoció a principios de 2025 que «existen mecanismos mucho más eficientes para promover el ahorro energético que los cambios de hora semestrales», sugiriendo que el Gobierno español estaría dispuesto a reconsiderar esta práctica si se alcanzara un acuerdo europeo al respecto.

Perspectivas de futuro y posible eliminación

La Comisión Europea realizó en 2018 una consulta pública en la que el 84% de los participantes se mostró favorable a eliminar los cambios de hora. Esto llevó al Parlamento Europeo a aprobar en 2019 una propuesta para acabar con esta práctica, estableciendo inicialmente el año 2021 como fecha límite para su implementación. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 primero, y las discrepancias entre los estados miembros después, han paralizado el proceso. El principal obstáculo para tomar una decisión definitiva radica en determinar qué horario mantener permanentemente: el de invierno o el de verano. Los países del norte de Europa prefieren el horario de verano para aprovechar al máximo las escasas horas de luz en invierno, mientras que los países mediterráneos no muestran una preferencia clara, divididos entre consideraciones económicas, de salud y culturales.

En el caso específico de España, el debate es aún más complejo, ya que además de decidir entre horario de verano o invierno, existe la cuestión de fondo sobre si deberíamos recuperar nuestro huso horario natural. Un informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas publicado en septiembre de 2024 concluía que el retorno al huso horario de Greenwich beneficiaría la salud y productividad de los españoles, alineando mejor nuestros horarios con los ciclos naturales de luz solar.

3 comentarios

user Ameba | Hace un mes

Yo no quiero cambiar nada. Así ya va bien y tenemos lo mejor de ambos horarios.

user Realista | Hace un mes

Es que es como dicen todos los expertos!! Una hora menos y ser igual que Canarias!! Para los "entereaillos" de terracitas, cervecitas i que no trabajan o solo lo hacen 5-6 meses al año. De esta manera sólo iremos 1 hora adelantados al sol. El otro horario de una hora mas, iríamos 3 horas adelantados al sol!!! Eso es una aberración. Cuando sean las 13 horas del mediodia, la fuerza del sol será la de las 10 de la mañana imagínense las horas y horas de calor en verano!! Lo que conllevará a un aumento de temperaturas que con la contaminación y el cambio climático, acelerará todo el proceso. Dejen ya de que si terracitas o beneficiar a fines privados en vez de mirar por la salud de las personas y del planeta!!

user Mallorquí | Hace un mes

Me gusta más el horario de verano.

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