Desde el pasado 12 de agosto, una normativa fundamental ha entrado en vigor y modifica sustancialmente los requisitos para realizar operaciones inmobiliarias. Comprar, vender, tasar o hipotecar un inmueble sin un certificado energético vigente ya no es posible, y su ausencia puede generar pérdidas económicas importantes para compradores y vendedores.
Esta medida ha sido alertada por asesor inmobiliario Héctor Inmuebles, quien subraya la necesidad de mantener al día este documento obligatorio. En concreto, los bancos han comenzado a exigir que dicho certificado esté vigente tanto para tramitar ventas como para autorizar una hipoteca. La situación plantea un giro en el proceso tradicional, donde muchas operaciones se iniciaban sin la documentación energética actualizada. En este contexto, grupos de asesores y agentes inmobiliarios animan a los clientes a verificar este aspecto antes de cualquier avance en la negociación y la gestión administrativa.
El certificado energético es un documento que califica la eficiencia energética de una vivienda basándose en criterios técnicos. Hasta el 12 de agosto, su vigencia no solía considerarse un requisito imprescindible para formalizar compraventas o hipotecas, aunque sí era obligatorio mostrarlo en el anuncio.
Actualmente, la legislación ha cambiado para exigir que el certificado esté vigente en el momento de la transacción. Esto implica que, en España, no se podrá proceder a comprar, vender, hipotecar ni siquiera tasar un inmueble si este documento no cumple con la fecha de validez requerida y está visado por el órgano competente. Además, esta normativa sirve para promover la eficiencia energética en el parque inmobiliario español y fomentar inversiones en mejoras ecológicas que reduzcan el consumo y emisiones.
El certificado energético se implantó en España como un estándar europeo desde 2013, con el objetivo de aumentar la transparencia sobre el consumo de energía en viviendas y edificios. Sin embargo, la exigencia de mantenerlo actualizado en todo el proceso de compra o venta supone un reforzamiento importante de la regulación. En el mercado inmobiliario español, esto introduce una nueva etapa marcada por la responsabilidad de los propietarios para mantener los papeles en regla. Este cambio afecta, entre otros, a:
- Vendedores: Deben asegurarse de que su certificado energético esté vigente antes de anunciar o formalizar la venta.
- Compradores: Deben comprobar que la vivienda que desean adquirir cuenta con dicho certificado al día antes de iniciar los trámites.
- Entidades financieras: Cada vez más bancos solicitan evidenciar esta actualización para conceder hipotecas.
- Tasadores: La validez del certificado será imprescindible para realizar tasaciones oficiales y valoraciones.
La falta de este documento en regla puede derivar en la paralización de operaciones o la pérdida de oportunidades comerciales. Por ejemplo, si un comprador inicia gestiones prescindiendo del certificado o con uno caducado, podría enfrentar desistimientos, o incluso perder dinero invertido en gastos asociados.